Al finalizar el XXIII Simposio Latinoamericano de Física del Estado Sólido, que se realizó recientemente en Bariloche, físicos de distintas promociones del Instituto Balseiro se reunieron para rendirle homenaje al profesor Carlos Balseiro, actual director de este instituto barilochense. En esta nota, amigos y colegas se reúnen para contar anécdotas y recuerdos.

Fecha de publicación: 08/06/2018

Algunos fueron sus alumnos, otros sus profesores y colegas. El denominador común entre todos los participantes de un simposio satélite del XXIII Simposio Latinoamericano de Física del Estado Sólido fue celebrar la distinguida carrera de investigación y docencia del actual director del Instituto Balseiro. Durante dos días, compartieron el recorrido profesional de Carlos Balseiro por la física de la materia condensada.

En Argentina, uno de los grupos de investigación con más trayectoria en la física de materia condensada, que incluye el estudio de los sólidos y los líquidos, y también de estados extravagantes de los materiales, como la superconductividad en bajas temperaturas, trabaja en el Centro Atómico Bariloche. Carlos Balseiro fue uno de sus directores y es investigador del CONICET allí, al igual que muchos otros egresados o docentes del Instituto Balseiro, una institución de educación pública dependiente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo).

“A Carlos Balseiro lo conozco de mi prehistoria. En el año 85 empecé mi trabajo especial con Blas Alascio y Carlos justo se estaba yendo a Berkeley. Carlos fue mi co-director, trabajé mucho con él en mi tesis doctoral sobre el tema de superconductividad de alta temperatura crítica”, cuenta uno de los participantes del encuentro, el físico, músico y escritor Alberto Rojo, que trabaja en la Universidad de Oakland, en Rochester, Estados Unidos.

“Nos hicimos amigos, compartimos muchas cosas desde lo personal. Después de recibirme, me fui a Estados Unidos, y vino a visitarme a Michigan Tuvimos varios proyectos juntos y publicamos varios papers en equipo”, agrega Rojo, que trabaja en áreas vinculadas con Carlos Balseiro y que acaba de publicar un nuevo libro sobre historia de la física: “El principio de mínima acción. Historia y física”. De hecho, durante el simposio realizó una presentación sobre esta publicación.

Ante la consulta de si su ex co-director lo influyó o lo inspiró de alguna manera, Rojo responde que sí. “La pasión que le pone a la física, el interés constante. Carlos se enamora de un problema, como que el mundo le desaparece y sigue hasta que lo resuelve o hasta que le encuentra la vuelta. Y siempre le encuentra una vuelta que vos no pensaste”, describe el físico.

Entre los participantes, estuvo también el director de tesis de doctorado de Carlos Balseiro, Blas Alascio. “Lo conozco desde chico, cuando él era estudiante del Instituto, yo ya era profesor. Desde la época de su doctorado, disfruto de su amistad y de su física que es muy linda”, contó el profesor ya jubilado. Ante la consulta de cómo era de joven, Alascio recuerda que en su época de estudiante, su ex alumno era un poco “carambana pero después se puso muy serio y muy trabajador”.

Una particularidad es que Alascio tuvo como director de tesis de doctorado a José Antonio Balseiro, fundador del Instituto que lleva su apellido y padre de Carlos Balseiro. “Carlos ha hecho una carrera espectacular. Es miembro de la Academia de Ciencias argentina, de la Academia de Ciencias del tercer mundo y ha contribuido en evaluación de proyectos en México, en Canadá, en Argentina, en Chile, entre otros lugares”, destaca.

Ante la consulta de en qué tienen de parecido Carlos Balseiro y su padre, Alascio responde: “En muy poco, porque el papá era más formal. Era una persona muy querible, todos lo apreciaban enormemente, todos lo queríamos muchísimo y de alguna manera arrastraba a los estudiantes. Carlos es un tipo mucho más descontracturado, más simple, más sencillo…”.

“Lo que estoy viendo (N. de la R.: en este simposio) es la consecuencia de personalidad y del trabajo de Carlos que trabajó en conjunto con mucha gente. Es una persona que sabe muy bien su física, que la disfruta y la comparte con mucha gente. Le gusta además compartirla. Esa es una de sus características principales y por eso hay tanta gente acá”, agregó el ex profesor del Instituto Balseiro.

Fabiana Laguna fue estudiante de doctorado de Carlos Balseiro. Licenciada en Física por la Universidad Nacional de Salta, fue becada para realizar un doctorado en el Balseiro. “Así que vine, sin haber elegido tema ni director de doctorado, en un momento en que Carlos era el vicedirector del IB. Él organizó las visitas a los laboratorios para que eligiera tema de trabajo. Finalmente elegí su propuesta de doctorado, quizá porque supo contagiarme su entusiasmo por un problema que me era totalmente desconocido”, relata la doctora en Física, que hizo su tesis de doctorado en simulaciones de vórtices en superconductores de alta temperatura crítica.

Ante la consulta de qué valora más de su profesor y colega, Laguna responde: “Algo que siempre admiré de él es su intuición, que lo lleva a describir el problema físico de manera simple, tratando de separar lo fundamental de lo accesorio. De él aprendí que recién después de haber hecho ese ejercicio, sirve usar la matemática para desarrollar modelos que describan el problema que querés estudiar”.

Para la científica, que en la actualidad trabaja en el grupo de Física Estadística Interdisciplinaria del Centro Atómico Bariloche, algo que fue maravilloso durante su doctorado es que en paralelo estaba el físico Paco de la Cruz con un grupo de alumnas estudiando problemas muy parecidos, pero con experimentos. “Entonces, durante todo mi doctorado trabajé muy de cerca con los experimentales. Eso fue algo impulsado por Carlos y que considero fundamental en mi formación”, dice.

“Las dos grandes cosas que aprendí de Carlos fueron la intuición, que te ayuda a reconocer lo que es relevante del problema a estudiar, y, después, cómo bajar a tierra y encontrar la inspiración en los experimentos”, destaca Laguna, que es investigadora del CONICET y que desarrolla modelos matemáticos de extinción de especies animales, de Sociofísica, y estudia otros problemas interdisciplinarios como la transmisión de piojos.

Pablo Cornaglia, que trabaja en el mismo grupo del CAB que Carlos Balseiro y que fue su tesista de doctorado en el campo de la física de materia condensada, también participó en esta reunión. Ante la consulta de cómo influyó en su carrera, responde: “De Carlos quiero destacar muchas cosas. Fue un excelente profesor, siempre tratando, más allá de la matemática, de dar una idea intuitiva de la física. A veces, uno puede tener la capacidad técnica matemática para resolver un problema pero si falta la intuición física para saber qué es importante, qué es interesante, dónde va a estar lo divertido vamos a estar medios perdidos”.

Su tesis de doctorado fue en el tema de “Transporte electrónico en sistemas nanoscópicos” o electrónica molecular. En la actualidad, Cornaglia además de trabajar en ese campo también trabaja en lectura electrónica de sistemas fuertemente correlacionados. Ante la consulta de qué se trata ese campo, el físico explica que hay muchos sistemas de este tipo en los metales, cables y circuitos electrónicos. “Hay algunos materiales donde los electrones se comportan de una forma en que es colectiva, se podría decir. El hecho de poner muchos electrones juntos hace que tenga un comportamiento muy distinto al que tendría uno sólo”, explica Cornaglia, que es barilochense, egresó de la Licenciatura de Física del Balseiro en 1998 y se doctoró en 2003.

“A veces, de esas propiedades colectivas salen cosas muy interesantes, como por ejemplo la superconductividad, que permite transmitir energía eléctrica sin pérdida; la magneto resistencia colosal, que es la base de muchos discos rígidos; y después propiedades termoeléctricas, que eso es más complicado pero también es muy interesante”, describe Cornaglia. Y agrega que para trabajar y estudiar esos materiales complejos, con comportamiento colectivo de sus electrones, hay que desarrollar herramientas matemáticas e intuición física.

En el workshop, realizado el 13 y el 14 de abril, hubo varias presentaciones, además de momentos para tomar un café y charlar con viejos conocidos. Gonzalo Usaj, colega y colaborador de Carlos Balseiro, fue el organizador del encuentro. Las exposiciones se realizaron principalmente en el Salón de Actos del Instituto Balseiro, en el predio del Centro Atómico Bariloche. Los colegas, ex alumnos y amigos del científico compartieron con él anécdotas, trayectorias, novedades y recuerdos.

Hace un tiempo, para otra nota, una periodista científica le consultó a Carlos Balseiro si podía explicar en qué consistía la materia condensada. “Es como si quisiéramos observar lo que ocurre entre las personas que están en un mega recital de rock. Se mueven en masa pero también tienen comportamientos individuales”, dijo aquella vez el homenajeado de este seminario satélite. Sin saberlo, también estaba describiendo al grupo de colegas y discípulos que aglomeró durante su carrera y que participó en gran parte en este encuentro. Aunque en vez de rock, los une la física.

Link a la entrevista al físico Jorge Sofo, ex alumno de Carlos Balseiro: este artículo se publicará la próxima semana.

Por Laura García Oviedo con la colaboración de Victoria Posada.

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San Carlos de Bariloche, 08/06/2018

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