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Leandro Echevarría egresó de Ingeniería en Telecomunicaciones del Instituto Balseiro en diciembre de 2016. Fue integrante de la segunda promoción de egresados de esta carrera, la más nueva de este instituto dependiente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo). Esta nota forma parte de una serie de entrevistas a recientes graduados.

Fecha de publicación: 12/07/2018

Oriundo de Tornquist, provincia de Buenos Aires, el Ingeniero en Telecomunicaciones Leandro Echevarría vive en San Carlos de Bariloche. En esta ciudad trabaja como empleado de la empresa Emtech desde que se recibió del Instituto Balseiro, en el desarrollo sistemas de lógica programable. Es además docente en el Balseiro de las materias Diseño Digital Avanzado y Sistemas Digitales para Telecomunicaciones.

Además de las telecomunicaciones, se dedica a la fotografía amateur y le gusta mucho también la literatura. En esta nota, cuenta a qué se dedica en su trabajo, qué significa para él esta rama de la ingeniería y brinda algunos consejos para los estudiantes que están próximos a recibirse.

-¿En qué consiste tu trabajo actual?
-Mi trabajo consiste principalmente en diseñar, implementar y validar sistemas de lógica programable (FPGA). Es decir, así como uno puede escribir software para ser ejecutado por una computadora, en este caso se escribe código que se convierte en última instancia en conexiones físicas dentro de un circuito integrado. Es una tecnología que se utiliza extensivamente en sistemas de comunicaciones de alta capacidad, y en mi caso particular estoy trabajando en un proyecto de radar sobre una plataforma de radio reconfigurable.

-¿Qué es para vos la ingeniería en telecomunicaciones?
-Es difícil decirlo por el sólo hecho de ser un egresado de esa carrera. Creo que tengo un concepto más genérico de qué siento que es la ingeniería, que para mí se remonta a esto de “tener la cabeza en las nubes, y los pies en la tierra”. Uno está todo el tiempo haciéndose preguntas de toda índole, y en el medio nunca se olvida de interponer un “¿pero cómo hago, con estas herramientas que tengo a disposición? ¿tiene sentido?”. En el caso de las telecomunicaciones nos interesa enviar información útil de un lugar a otro. Pero esto abarca un campo muy amplio de condiciones de contorno: nuestro mayor limitante bien podrían ser las características del material que consiguió el laboratorio para hacer una guía de ondas, o la precipitación promedio en una zona a la hora de calcular un enlace de microondas.

-¿Qué es lo que más te gusta de ser Ingeniero en telecomunicaciones?
-Lo que más me gusta es el hecho de que no saber qué voy a estar haciendo en cinco años me entusiasme tanto en lugar de preocuparme. Tener la puerta abierta a ser partícipe, aunque sea un poquito, de algo tan central al funcionamiento de las sociedades modernas me resulta fascinante. Y que puedo quejarme con autoridad de lo mal que me anda internet.

-¿Qué opinás sobre la formación que recibiste en el IB? ¿Qué valorás más, a la distancia?
-Valoro muchísimo que me hayan sacado de cuajo cierta inhibición para poner en práctica mi curiosidad, en todos los ámbitos. Hoy encaro conceptos desconocidos con mucha menos ansiedad que antes (aunque reconozco que en parte tuve que esperar a recibirme para que esto suceda). Esto va de la mano con el incentivo que nos han dado a ser quisquillosos, y a no creer en algo sólo por una cuestión de autoridad. Todos nos equivocamos –y a veces hay errores en libros o documentos oficiales– por lo que la capacidad para arriesgar un “che acá me parece que le pifiaron” es importante. Y por último, haber perdido la vergüenza ante decir “no sé”, algo que muy probablemente tenga que ver con la cantidad de mates que compartimos con gente tanto más capacitada que uno.

-¿Cuáles son los desafíos que más te apasionan en el trabajo?
-Cuando nada anda: encontrar las pruebas que mejor me ayuden a aislar las posibles causas de manera más eficiente. Cuando todo anda: también.

-¿Qué consejo le podés dar a estudiantes que están por recibirse de la misma carrera?
-Se me ocurren algunos: Uno es que no se cierren a una temática o especialidad en particular si no lo creen necesario. Hay tiempo de sobra para explorar cosas nuevas, y pronto se van a dar cuenta de que los razonamientos para encarar y resolver problemas suelen ser los mismos en la mayoría de los campos. Otro es que la visión de alguien que viene de otra disciplina y mira un problema con nuevos ojos suele resultar muy valiosa y práctica. Siéntense con sus compañeros, cuéntense en qué están trabajando y háganse preguntas. Van a encontrar cosas muy interesantes. Y por último, practiquen la habilidad de hacerse preguntas relevantes al problema que están tratando de resolver, que no siempre resultan ser las más interesantes. En otras palabras: no se preocupen por una penalidad por ISI de 1 dB si tienen nieve arriba de la parabólica.

-¿Y qué les dirías a quienes están en estos momentos lidiando con la elección de una carrera universitaria y están pensando en seguir esta carrera? ¿Qué cualidades en común suelen tener los estudiantes de ingeniería en telecomunicaciones y que pueden llegar a compartir con futuros estudiantes, si las hay?

-Les diría que no se preocupen si no tienen una imagen nítida del trabajo que realizarán dentro de diez años, ya que creo que una gran parte del entusiasmo por el trabajo propio nace de entender con claridad una serie de conceptos, y eso lleva tiempo. Si tienen paciencia, van a ver que irán apareciendo opciones interesantes, muchas veces independientemente del campo de estudio elegido. Por lo tanto, pienso que el consejo más sano es que consideren sus opciones con seriedad, ya que siempre implica un aporte colectivo el que puedan realizar una carrera universitaria, pero sin olvidarse de ser honestos sobre las aptitudes y los deseos propios, que siempre pueden cambiar. Nunca está mal reconsiderar sus opciones a lo largo del tiempo. Y si bien no creo que haya algo particular sobre los estudiantes de telecomunicaciones, sí entiendo que, en tiempos de súperespecialización, es una carrera que te brinda un conjunto de herramientas muy interesante para explorar todo tipo de horizontes. Sentarse a charlar con trabajadores del área y visitar laboratorios es una buena manera de comprender esta idea.

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Instituto Balseiro
San Carlos de Bariloche, 12/07/2018
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Oriundo de la ciudad de Salta, Nicolás Hernández ingresó a estudiar Ingeniería mecánica en el Instituto Balseiro (IB) en 2008, luego de cumplir el requisito de aprobar los primeros dos años en otra universidad. En esta entrevista, cuenta cuál ha sido su trayectoria profesional desde que egresó, a qué se está dedicando en la actualidad y qué es lo que más le gusta de la Ingeniería mecánica.

Fecha de publicación: 23/05/2018

Nicolás Hernández tiene 30 años de edad y se recibió hace 7 años de Ingeniería Mecánica del Instituto Balseiro. Los primeros años de la misma carrera los realizó en la Universidad Nacional de La Plata. En el Balseiro, como todos los demás estudiantes, se formó gracias a una beca de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).

El tema del  proyecto integrador para completar su carrera en el Balseiro consistió en el desarrollo de una máquina de ensayos mecánicos in-situ en un microscopio electrónico de barrido (SEM). Su director fue Alejandro Yawny y su co-director, Horacio Mendieta. El trabajo se hizo en la División Física de metales del Centro Atómico Bariloche (CAB).

En 2011, una vez graduado, decidió anotarse en Maestría en Ingeniería del Balseiro y recibió una beca de perfeccionamiento (A1 P) de la CNEA. En su trabajo de maestría, desarrolló un sistema automático de posicionamiento de sensores de temperatura para el circuito de flujo crítico de calor y también diseñó sensores de temperatura, entre otras actividades, en el Departamento de Termohidráulica del Centro Atómico Bariloche. Su beca terminó en 2014.

-¿Cómo fue tu recorrido una vez que terminaste tus estudios?

-Fundé una PyME de Ingeniería con dos compañeros de carrera del IB. Se llama  Endeavour Ingeniería, presta servicios y desarrolla tecnología para distintos sectores de las industrias aeroespacial, nuclear, Oil & Gas y otras. En 2017, cumplí la función de "Project leader" en la empresa mixta público-privada LaTe Andes, una empresa mixta público-privada formada por GEOMAP S.A. y CONICET. En el proyecto, estuvieron involucrados investigadores de la División Física de Bajas Temperaturas del CAB, a cargo del Dr. Julio Guimpel, la División de Resonancias Magnéticas del CAB y el personal de Endeavour Ingeniería SRL.

-¿En qué consistió ese proyecto en LATE ANDES?

-El proyecto CriAr y consistió en el desarrollo de un magnetómetro criogénico de rocas, el cual hasta este momento sólo era producido por una única empresa en todo el mundo, en California. El magnetómetro está operativo en la sede de LaTe Andes en Salta.

-¿A qué te estás dedicando en la actualidad?

-En la actualidad, soy socio gerente en la empresa Endeavour Ingeniería. Además soy asesor técnico en LaTe Andes. Allí ahora estamos desarrollando otro proyecto, CronAr, para la implementación de dataciones de rocas mediante las técnicas U-Th-Sm/He y U-Pb mediante sistemas de ablación Láser y espectrometría de masas (LA-ICP-MS). Es la primera vez en Argentina que se realiza un proyecto de este tipo.

-¿Qué es para vos la ingeniería mecánica?

-Es una carrera amplia y multifacética que permite interactuar con un gran número de profesionales, aplicando el conocimiento de diversas áreas de las ciencias, como la física, la química, la matemática y la economía, para proporcionar soluciones a problemas complejos de una forma estructurada y sistemática.

-¿Qué es lo que más te gusta de ser Ingeniero mecánico?

-Lo que más me gusta de ser Ingeniero mecánico es la formación amplia que permite incursionar en campos variados del conocimiento. Esto es algo que permite tener herramientas formales de aprendizaje de diferentes campos científicos y formar parte de proyectos científicos y tecnológicos complejos donde intervienen actores con distintas formaciones específicas.

-¿Qué opinás sobre la formación que recibiste en el Instituto Balseiro? ¿Qué valorás más, a la distancia?

-Una de las cosas que más valoro actualmente es la formación básica recibida allí, porque permite absorber conocimientos nuevos de una manera tremendamente efectiva. Además, ésta proporciona las herramientas para la apropiación de ese conocimiento, más allá de los contenidos de tipo formativos de las materias de finales de la carrera. En mi ejercicio profesional también fue extremadamente valioso la formación experimental recibida en la carrera, que da una base fundamental para el análisis efectivo de datos y la relación causal de los mismos con fenómenos de la realidad. Es una herramienta valiosísima y que en otras universidades se encuentra en cantidad y calidad no siempre tan importantes.

-¿Qué consejo les darías a estudiantes que están por recibirse de la misma carrera?

-Les diría que inmediatamente después de recibirse adopten una actitud humilde y de escucha en su profesión. Esto les permitirá aprovechar de mejor manera la etapa de aprendizaje de los primeros años de carrera profesional. Es frecuente el error de sobreestimar el conocimiento incorporado durante la carrera, lo cual conduce con frecuencia a adoptar posturas que van en detrimento del aprendizaje continuo, fundamental en nuestra profesión.

-Por último, ¿cuáles son los desafíos que más te apasionan en trabajo?

-Interactuar y aprender con profesionales con formación en otros campos. Cuando se inicia un proyecto nuevo usualmente es necesario incorporar conocimientos de otras áreas prácticamente desde cero. Esto sucede tanto en los trabajos vinculados con la industria, como por ejemplo el análisis estructural de tambores de coquificación retardada por relevamiento láser que realiza Endeavour Ingeniería, como también en desarrollos tecnológicos, como por ejemplo en las técnicas de vacío, bajas temperaturas y mediciones de propiedades magnéticas en el proyecto CriAr y espectrometría de masas, ablación láser y cátodo luminiscencia en el proyecto CronAr.

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Área de Comunicación Institucional

Instituto Balseiro

San Carlos de Bariloche, 23/05/2018

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Karina Caputi, egresada del Instituto Balseiro (CNEA-UNCuyo), en la actualidad trabaja como astrónoma en el Instituto Kapteyn de laUniversidad de Groningen, una de las casas de estudios más prestigiosas y antiguas de los Países Bajos. Por qué estudió física para luego seguir astronomía, cuál ha sido su trayectoria profesional estudiando galaxias distantes y qué objeto del universo le fascina más fueron algunos de los temas que cuenta en esta entrevista.

Fecha de publicación: 08/02/2018

Un día después de finalizada una conferencia internacional que reunió a astrónomos de todo el mundo en Bariloche, y minutos después de dar una charla de divulgación científica en la biblioteca Sarmiento, la física y doctora en Astronomía Karina Caputi se acercó a la cafetería de una conocida esquina de Bariloche para dar esta entrevista al Área de Comunicación del Instituto Balseiro. Caputi investiga las galaxias distantes. En otras palabras, se dedica a estudiar las primeras etapas de la evolución del universo.

Nacida en Buenos Aires en 1973, Caputi aprobó los primeros dos años de la carrera de Física en la Universidad de Buenos. En 1995, ingresó al Instituto Balseiro, dependiente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo). En este instituto hizo toda la carrera con una beca completa, como hacen todos los estudiantes del Balseiro. En 1998, se graduó y vivió un par de años en Bariloche antes de mudarse a Escocia para hacer un doctorado en astronomía. Tiene en su haber tres posdoctorados, realizados en Francia, Escocia y Suiza. En la actualidad, es profesora e investigadora de galaxias distantes en la Universidad de Groningen, en Holanda.

En diciembre pasado, estuvo de regreso en Bariloche para participar de la conferencia “Galaxias distantes desde el lejano Sur”. Ella fue una de los organizadores, y contó con la colaboración local de profesores del Instituto Balseiro y de la Universidad Nacional de Río Negro. “La conferencia fue una experiencia excelente, todos quedaron muy contentos porque desde el punto de vista científico fue muy rico. Fue quizás uno de los encuentros internacionales más importantes del año sobre el tema en el mundo. A su vez la gente quedó fascinada con Bariloche, ya que la mayoría no conocía esta ciudad”, sintetizó la física y astrónoma, mientras tomaba un cortado y degustaba una barrita de chocolate.

-¿Hubo muchos anuncios importantes durante el congreso?

-Hubo varios. Por ejemplo se presentaron nuevos trabajos sobre agujeros negros súpermasivos, publicados días antes en Nature. Ese fue uno de los highlights y también hubo autores de trabajos que salieron recientemente en el Astrophysical Journal y otras revistas especializadas. Hubo de todo un poco, y desde el primer día estuvo dedicado a las galaxias más lejanas que podemos ver, cuál es el estado de conocimiento actual y lo que esperamos ver con el nuevo telescopio James Webb. Y también se presentaron muchos trabajos sobre la evolución de galaxias a distintos tiempos cósmicos, pero con énfasis en el universo bastante temprano, el universo joven.... Hubo presentaciones muy interesantes.

-Te recibiste de física en el Balseiro y después te orientaste hacia la astronomía. ¿Fue algo planificado?

-Cuando entré al secundario ya sabía que quería estudiar física y que me gustaba la astronomía. Siempre me gustaron las dos carreras. Inclusive antes de ingresar a física dudé en si no era mejor ir a estudiar astronomía a La Plata. En un momento decidí, por intuición, que iba a ser mejor estudiar física primero y después convertirme en astrónoma. Pero no estaba claro qué iba a hacer después de recibirme. Y en ese momento busqué doctorados en las dos carreras. Coyunturalmente conseguí una oportunidad muy buena en astronomía y en ese momento tomé la decisión de hacer el doctorado en astronomía a la Universidad de Edimburgo, en Escocia.

-¿Cómo hiciste con el acento del inglés escocés?

-Al principio el acento fue súper difícil. En conversaciones en grupos grandes era muy fácil perderse. El primer año fue muy sufrido desde ese punto de vista. También fui con beca. Empecé en 2001. Antes estuve dos años trabajando en el Centro Atómico como ayudante de investigación en física de plasmas.

-¿Y cuándo terminaste el doctorado?

-En 2004. En el Reino Unido en esa época los doctorados eran de tres años. El tema del doctorado fue sobre galaxias distantes. Después fui a Francia a trabajar por dos años, después estuve en Suiza trabajando por tres años y después conseguí una fellowship del Leverhulme Trust para volver a Edimburgo. Así que estuve en Edimburgo de vuelta por dos años y luego me presenté a un concurso para profesores en la Universidad de Groningen en Holanda, y entré en 2012 en un puesto tenure-track, que ahora es permanente. El tema del doctorado, que fue sobre las galaxias distantes, fue un poco por intuición pero me gustó tanto que realmente quise mantenerme en ese campo.

-Antes de entrar en el tema de las galaxias distantes, ¿qué balance hacés de la formación universitaria que recibiste en Argentina?

-Esto lo estaba charlando hace un ratito con estudiantes del Instituto: les dije que no tuvieran ninguna duda de que la formación que reciben es muy buena a nivel internacional. Cuando te comparás con otros estudiantes que vienen de otros lugares ahí te das cuenta de que la formación es muy sólida. Tanto en la UBA como en el Balseiro. Del Balseiro quizás lo que más rescato es la ética y la disciplina para el trabajo intenso. Eso sirve para toda la vida. Es un poco independiente de lo que hagas después. Esa disciplina para decir “hay que trabajar y esto tiene que estar para mañana y no hay cansancio que valga”. Esa disciplina y esa responsabilidad para el trabajo extremo que hace que siempre te lleves un poco al límite de lo que podés dar para tener siempre la mejor perfomance posible, eso es muy Instituto Balseiro. Lo reconozco como el legado que recibí acá.

-Estudiás las galaxias distantes, ¿qué son y por qué son tan interesantes como objeto de estudio?

-Las galaxias distantes son galaxias que están realmente muy lejos en el universo. Las estudiamos porque tienen una particularidad especial y es que la luz que recibimos de ellas fue emitida hace mucho tiempo atrás, justamente porque están muy lejos. Así que estudiando estas galaxias distantes podemos reconstruir distintos tiempos pasados en el universo. Y de esa manera, estudiando galaxias a distintas distancias, intentamos reconstruir la evolución completa de la historia cósmica.

-¿Qué métodos usan para estudiar estas galaxias?

-En mi caso, trabajo en astronomía observacional y lo que se hace es recolectar imágenes con telescopios bastante potentes, porque estas galaxias son muy tenues. Pero también por supuesto hay gente que hace modelos teóricos. Siempre se comparan los resultados de las observaciones con los resultados de los modelos. Lo que se hace es tomar imágenes de un pedazo del cielo que es oscuro, en el que aparentemente no hay nada y en el que el ojo desnudo no ve nada. Pero en estas regiones, si uno apunta con un telescopio y lo deja suficiente tiempo, descubre miles de galaxias.

-¿Y qué pasa cuando ya obtienen esas imágenes?

-Cuando tenemos esas imágenes, primero todas las galaxias lejanas se ven como puntitos. Pero uno no sabe realmente cuáles son las más lejanas; uno no sabe la distancia a priori. Para averiguar eso hay que tomar imágenes a distintas longitudes de onda y combinar toda esa información para poder determinar las propiedades de esas galaxias. A pesar de que las vemos de a miles, necesitamos determinar las propiedades de cada una, particularmente sus distancias con respecto a la Tierra. De ese modo averiguamos cuánto tiempo atrás se emitió la luz que estamos viendo hoy en día de cada una de ellas.

arp 220 - Credit NASA - ESA and the Hubble Heritage Team - STScIAURA-Mostraste en tu charla una imagen de la Luna y dijiste “imagínense más o menos un tercio del tamaño de la Luna, en un pedacito del cielo oscuro, se pueden ver miles de galaxias”. Eso es impresionante.

-Sí, es impresionante. Di ese ejemplo para dar una idea, porque uno se pregunta para ver galaxias cuánto espacio del cielo tenés que observar. ¿Muy grande? ¿Muy chico? Todo el mundo tiene alguna idea del tamaño de la luna llena. Entonces la idea es que si mirás con un telescopio un pedazo de cielo oscuro, donde aparentemente no hay nada, en una fracción del tamaño de la luna llena, en ese pedacito durante una observación de un tiempo considerable de varias horas con un telescopio podés detectar miles de galaxias.

-¿Qué telescopios utilizan ustedes en la actualidad para estudiar galaxias distantes?

-Principalmente, el telescopio Hubble. También usamos mucho un telescopio infrarrojo chiquito que se llama Spitzer. Fue chico pero en realidad la cantidad de resultados que produjo fueron muy impresionantes. Trabajé hace muchos años y sigo trabajando con datos de Spitzer todavía. También trabajamos con telescopios terrestres. Están los grandes telescopios en Chile, el VLT particularmente, porque son los telescopios europeos a los que yo tengo acceso, pero también hay telescopios en Estados Unidos y en otras partes del mundo.

-A partir de 2019/2020 los astrónomos contarán con un nuevo telescopio espacial, el James Webb. ¿Qué significa para la astronomía esta novedad?

-Significa la posibilidad de ver galaxias mucho más distantes que las que vemos hoy. En la actualidad ya vemos galaxias distantes pero queremos llegar a las primeras galaxias y eso va a ser sólo posible con James Webb.

-¿Cuál es tu rol en el mega proyecto del telescopio James Webb?

-Soy parte del equipo científico oficial de una de sus cámaras, MIRI. Ayudamos a testear la cámara, fui parte del equipo técnico y por eso tenemos tiempo garantizado de observación. Es un equipo de unas 20-25 personas en Europa en el tema que trabajo, y tenemos tiempo garantizado para hacer los primeros estudios de galaxias distantes con MIRI.

-¿Por qué es importante la astronomía y su fin de conocer la historia del universo?

-Para muchas personas, una de las grandes curiosidades es preguntarse qué son los objetos que uno ve en el cielo nocturno. Eso es una curiosidad que casi todos tenemos de chicos: nos preguntamos qué son esas lucecitas en el cielo. Si uno es medio curioso, realmente quiere saber qué son y quiere saber cómo se formaron. Quizás son las distancias más grandes que un humano puede concebir y de hecho lo son. Y es como la pregunta más grande que se puede tener. Es una curiosidad que en general es muy nativa, muy del ser humano, que uno tiene desde que es chico. Es algo muy grandioso y a la vez es algo muy fundamental. El origen de los objetos del cielo es una de las preguntas más simples que un chico puede hacerse.

-Si uno mira en la historia de la ciencia, son preguntas que han generado revoluciones. Ustedes, los astrónomos, son herederos directos de Kepler, Copérnico, Galileo, Newton…

-Sí, son preguntas que cambian la visión del mundo en el que vivimos. Es tratar de entender el mundo en el que vivimos. No sólo la Tierra sino en general todo el universo.

-¿A los astrónomos se les ocurre pensar si hay alguna forma de vida o incluso vida inteligente en otros lugares del universo?

-A veces nos planteamos eso. En las galaxias lejanas es extremadamente difícil resolver las estrellas individuales y mucho más difíciles resolver planetas así que ni siquiera lo tratamos. Pero sí es una pregunta que está pendiente y hay astrónomos que se dedican a estudiar eso. Y creo que es algo extremadamente interesante. Pero primero tenemos que entenderlo en galaxias más cercanas o en estrellas cercanas antes de poder plantearnos esa pregunta en galaxias lejanas.

-Además de galaxias muy distantes y que se están alejando, si hubiera algún tipo de señal ya sería vieja. O algún tipo de mensaje de alguna civilización de otra galaxia llegaría tarde…

-Eso es cierto. La luz que recibimos es muy vieja. Cualquier otra señal se movería más despacio y sería aún más vieja.

-¿Cuál es tu objeto preferido en el universo?

-Las galaxias distantes son muchas y en general no las nombramos porque son tantos miles que es muy difícil elegir una. Es mucho más difícil ver la diferencia entre ellas que en las galaxias cercanas… Pero hay galaxias que están fusionándose en el universo cercano que son extremadamente raras. Como, por ejemplo, algunas de las galaxias del tipo Arp. Se cree que este tipo de galaxias en proceso de fusión pudieron haber sido más comunes en el pasado. Pero hoy en día son extremadamente raras, y las imágenes que tenemos de ellas son hermosas.

-En 2015 lideraste un hallazgo científico que fue publicado en el Astrophysical Journal y que la oficina de prensa del Observatorio Europeo Austral tituló “El nacimiento de los monstruos”. ¿De qué se trató?

-Las galaxias más masivas que vemos hoy, las que tienen más estrellas, tienen entre tres y cuatro veces más estrellas que las que tiene la Vía Láctea. Son muy grandes. La pregunta que nos hacíamos era: “Las galaxias súpermasivas que vemos hoy, ¿desde cuándo son tan masivas?”. Entonces empezamos a buscar galaxias masivas a distintos tiempos, a distintas distancias, para tratar de encontrar las más lejanas y más masivas. Encontramos que hasta 12 mil millones de años luz atrás se ven así de masivas, y que lo son cada vez menos cuando uno va más lejos. Pero antes, en los primeros mil millón de años, ya no hay tan masivas.

-¿Y eso qué significa?

-Esto nos llevó a concluir que las primeras galaxias tan masivas se formaron después del primer mil millón de años del Big Bang. Sabemos que si hubieran estado ahí antes, tendríamos que haberlas visto. A menos que tuvieran un montón de polvo, pero eso es totalmente impensado en el universo tan joven, según las teorías de formación de galaxias. Así que ahora tenemos cierta tensión: esas teorías predicen que las galaxias muy masivas se tienen que formar mucho más tarde. Y nosotros ya las vimos bastante temprano: mil millón de años después del Big Bang.

-¿Qué física usás en tu trabajo cotidiano?

-No uso teorías difíciles de física, ni nada por el estilo. Sin embargo, para la interpretación de datos, por ejemplo de espectros, hay mucho de física cuántica, física atómica y física estadística. Así que la interpretación, sobre todo en la parte espectral, tiene elementos de física que hay que recordar para poder hacer el trabajo.

-¿Quiénes usan la física de la relatividad? ¿Los astrónomos que estudian los agujeros negros?

-Por ejemplo, sí, y los que estudian teorías de expansión del universo… Son otras ramas…

-Para finalizar, ¿qué les dirías a estudiantes de física o incluso a los que están eligiendo qué carrera seguir…? Si se quieren dedicar a la astronomía, ¿por qué sería un buen camino estudiar primero física?

-Entender física a uno le da todas las armas necesarias para ser un buen astrónomo. Le da un panorama mucho más amplio. Uno podría hacer una carrera de astronomía, por supuesto, y dedicarse directamente a eso ya que se aprenden muchos elementos de física. Pero aprender física pura hace que uno necesite abrir la mente a muchos temas distintos y a exponerse a una manera distinta de trabajar. Es mucho más amplio. Como astrónomo, finalmente va a terminar aplicando muchos de esos conceptos al universo, a un sistema distinto, pero va a necesitar todo ese trasfondo de lo que aprendió. Aunque no todos pueden estar de acuerdo, considero que una fuerte carrera de física es la mejor manera de encarar una carrera de astronomía.

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RECUADRO

BARILOCHE REUNIÓ A ASTRÓNOMOS DE TODO EL MUNDO

La conferencia “Galaxias distantes desde el lejano Sur” se realizó en San Carlos de Bariloche del 11 al 15 de diciembre de 2017. Si bien fue una reunión científica en la que participaron astrónomos de distintos países, dos de sus participantes brindaron charlas abiertas al público general. En ambos eventos, los curiosos de distintas edades llenaron los salones.

Karina Caputi, física egresada del Instituto Balseiro y doctora en astronomía de la Universidad de Edimburgo, brindó una presentación sobre las galaxias distantes, que ayudan a entender las primeras etapas de la historia del universo el sábado 16 de diciembre. En la actualidad, es Profesora Asociada de Astronomía en la Universidad de Groningen, Holanda.

Matt Greenhouse, científico de la agencia espacial estadounidense NASA, brindó una charla pública en inglés sobre el telescopio espacial James Webb el martes 12 de diciembre. Greenhouse es doctor en Astronomía por la Universidad de Wyoming y es el responsable de la instrumentación científica a bordo del Telescopio Espacial Webb.

La conferencia internacional “Galaxias distantes desde el lejano Sur” fue una actividad organizada por la Universidad de Groningen, el European Research Council y la alianza de institutos holandeses de astronomía (NOVA). Contó también con el auspicio del Instituto Balseiro, dependiente de la Comisión Nacional de la Energía Atómica (CNEA) y la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), la Universidad Nacional de Río Negro y fue declarada de Interés Municipal y Cultural por la Municipalidad de San Carlos de Bariloche.

En el comité organizador, colaboraron el físico Guillermo Abramson y la astrónoma Mariana Orellana. Abramson es profesor del Instituto Balseiro y Orellana es profesora en la UNRN. Ambos son investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina.

 

Crédito de la imagen de Arp 273: Credit NASA - ESA and the Hubble Heritage Team - STScIAURA

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Por Laura García Oviedo, responsable del

Área de Comunicación Institucional-

Instituto Balseiro

San Carlos de Bariloche, 08/02/2018

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Es un referente mundial de la microscopía y durante su reciente paso por Bariloche el Área de Comunicación del Instituto Balseiro (CNEA-UNCuyo) le hizo esta entrevista. Ondrej Krivanek es un físico checoslovaco-británico y Doctor en Física por la Universidad de Cambridge que vive en los Estados Unidos. En esta nota, cuenta parte de la historia de estos aparatos que ayudan a conocer la materia en escalas pequeñísimas.

Fecha de publicación: 21/12/2017

El científico y tecnólogo Ondrej Krivanek es uno de los pioneros mundiales en el campo de la microscopía electrónica. Gracias a sus desarrollos, mejoró a mejorar la habilidad de analizar la materia a la escala atómica. Es co-fundador de la empresa Nion, compañía líder en instrumentos de microscopía. Y es uno de los científicos que desarrollaron la “corrección de la aberración”, un fenómeno que desveló a los microscopistas por más de medio siglo y que consistía en una especie de miopía de estas poderosas máquinas.

La Royal Society, en donde es fellow, destaca en su sitio web que los microscopios de Krivanek “ahora pueden mapear elementos químicos en muestras sólidas con resolución atómica y con una sensibilidad de un átomo individual”. En esta nota, realizada en el marco del “IV Congreso Argentino de Microscopía” realizado en el Centro Atómico Bariloche y en el Instituto Balseiro, el físico habla sobre la historia de la microscopía, sus aportes a este campo y para qué se utilizan los microscopios en la actualidad.

-¿Qué tanto ha avanzado la microscopía desde sus orígenes?

-El progreso ocurre en olas. El microscopio electrónico se inventó en la década de 1930 en Alemania. En los ‘50 comenzó a ser útil porque se pudo ver “dislocaciones”, es decir, se pudo ver cómo se deforman los materiales. Y en los ‘60 y ‘70, se empezó a resolver planos atómicos. El mundo está hecho en átomos, que están organizados usualmente en  arreglos ordenados. El metal de esta silla (N. de la R.: señala una silla en el aula donde transcurre la entrevista) está hecha de cristales organizados como soldados en un desfile. En los ‘70, se descubrió que un haz de electrones excitaba todo tipo de señales electromagnéticas. Se empezó a desarrollar los microscopios analíticos. Se empezó a ver qué tipo de átomos teníamos.

-¿Y luego?

-En la década del 2000 todo se puso mejor porque los microscopios tienen una visión imperfecta así que desarrollamos “anteojos” para estos microscopios. Hicimos lentes y la visión mejoró. Se realizó lo que llamamos “la corrección de aberración” hace unos 10 años. Otro desarrollo en el que estamos trabajando, y es algo muy reciente, es la espectroscopía vibracional en microscopios electrónicos. Mejoramos la resolución en un factor de 10. Eso nos da una nueva ventana para estudiar los materiales. Si golpeo esta mesa, resuena y eso es porque excité fonones y con esta técnica puedo ver los fonones vibrando. Es una técnica muy poderosa, sobre todo para analizar muestras biológicas. Es muy emocionante y es sólo el inicio.

-¿Cómo ayudó con su equipo en el trabajo de la “corrección de la aberracción”? O en otras palabras: ¿cómo ayudó a resolver la “miopía” de los microscopios?

-Esa es otra historia muy interesante. En 1937 un teórico alemán muy inteligente escribió un paper diciendo que los microscopios electrónicos siempre tendrían un problema con la aberración esférica. Fue como decir “inventamos este hermoso instrumento y no funcionará”. Por ese entonces el límite de lo que se podía ver no era malo pero eso era hace 80 años. En la década de 1950, la gente empezó a trabajar en la corrección de la aberración y no funcionó, tampoco en los ‘60 ni tampoco en los ‘70. En los ‘80, tampoco se veía una solución.

-¿Y qué pasó?

-Había dos equipos en el mundo, nosotros en Cambridge, Inglaterra, y otro en Heidelberg, Alemania, que dijimos: “Quizás esto funcione”. Intentamos y los dos equipos tuvimos éxito. Los alemanes desarrollaron un corrector del haz de los miscroscopios electrónicos y nosotros hicimos un corrector para los microscopios electrónicos de transmisión con barrido. Estos dispositivos cambiaron completamente el modo en el que se hace ahora microscopía. Pero cuando se realiza un primer desarrollo, pasa un tiempo hasta que alguien lo empieza a usar. Esto tardó diez años en nuestro caso. En 1997 tuvimos correctores que funcionaban; hacia 2001 o 2002, se empezó a usar en laboratorios de todo el mundo; y en 2010, ya había alrededor de 500 correctores de aberración en microscopios a nivel global. Así que la cosa despegó.

-¿Cómo se llaman las compañías?

-Hay una compañía que se llama CEOS (las siglas de Correct Electron Optical Systems) y la nuestra se llama NION.

-¿Hoy dónde están los microscopios más poderosos?

-Esa es una pregunta divertida porque es como preguntar cuál es el mejor auto en el mundo. Hay un mejor auto de carrera, uno familiar y así. Así que personas diferentes se especializan en cosas diferentes. En la microscopía biológica, el FBI está haciendo un muy buen trabajo. Por ejemplo, determinaron la estructura del virus Zika, que es algo muy importante. Pero la gente usa los microscopios para temas muy disímiles. Conocer la estructura de un virus ayuda a luchar contra el mismo. Si hablamos del campo de la ciencia de materiales nosotros, en NION, vamos a la cabeza de la espectroscopia de vibraciones. Y si hablamos de mapeos de elementos en una resolución espacial alta lo están haciendo muy bien en Japón. En el campo de la holografía, Hitachi es probablemente el mejor. Pero es como preguntar quién es el mejor cantante: hay alguien que canta mejor Barry Bachman, otro que canta mejor Puccini. Pero hay unas cuatro compañías que empujan la tecnología hacia el futuro.

-¿Son todas empresas privadas?

-Algunos de los desarrollos provienen de la cooperación con universidades. Pero cuando se necesita un gran financiamiento es cuando se tienden a convertir en empresas privadas.

-¿Qué es lo más chico que se puede ver en un microscopio?

-Átomos individuales. Pero no todos los átomos tienen el mismo tamaño. Por ahora no hemos logrado ver un átomo individual de hidrógeno porque es muy movedizo y cuando lo iluminamos con el haz  de electrones se escapa. Eso es algo que llamamos daño por radiación. Del hidrógeno podemos ver su señal vibracional pero es complicado. Creo que por ahora el átomo más chico ha sido el boro.

-¿Cuáles son los principales desafíos de la microscopía?

-Todo está evolucionando: es similar a la construcción de rascacielos, vas por más y más. Así que nuestro desafío actual en realidad consta de dos grandes desafíos. En espectroscopía vibracional, nos gustaría mejorar la resolución de energía. Hay cuestiones que no podemos resolver en la actualidad. Así que estamos trabajando en ello. Y el otro desafío es que, cuando empezás a agregar nuevos campos y empieza a haber todo un mundo de nuevos materiales, hay que trabajar en una atmósfera de gas o en un ambiente húmedo. Algunas de las muestras deben permanecer congeladas. Entonces hay que cambiar el manejo de las muestras en las facilidades de microscopios electrónicos. Hay muestras que deben verse en gases o en líquidos. Así que hay que hacer un nanolaboratorio en el microscopio y esto es un campo desafiante que precisa más flexibilidad y una mayor resolución.

-Para alguien que sabe poco o nada sobre microscopios, ¿podría explicar por qué son tan importantes y en qué campos se pueden utilizar?

-Tomemos como ejemplo tu teléfono celular. En su interior tiene microelectrónica y circuitos integrados. Y esos circuitos no funcionarían si la gente no trabajase con la microscopía electrónica. Todos los fabricantes de semiconductores, como Samsung e IBM, tienen un montón de microscopios electrónicos para que los bits en tu celular funcionen. Eso es nanotecnología, comprimir las cosas mucho y mucho más chicas. También se usan para entender la catálisis y cómo funcionan las baterías. Y si querés entender el modo fundamental en que la naturaleza ha hecho los materiales hay que examinarlos en niveles atómicos con microscopios con resolución atómica.

-Los microscopios también son fundamentales para el campo de la biología.

-Sí, se usan en el campo de la biología, ya mencioné el ejemplo de que con un microscopio se pudo ver la estructura del virus Zika, un problema muy urgente. Si no conocés cómo es el virus, no sabés cómo darle pelea.

-En el coloquio que dio en nuestro instituto, también mencionó que se usan para analizar material extraterrestre, ¿es así?

-Sí, materia del Sistema solar. La gente usa este tipo de cosas para entender cómo nació el universo. Es muy fácil mirar por un telescopio la materia de una estrella. Pero si ese material está flotando en el universo y podemos capturar pequeñas partículas podemos conocer detalles sobre el origen de nuestro universo y sobre cómo se formaron las primeras galaxias. Podemos conocer cómo se formó el sistema solar analizando esos fragmentos de materia. En este campo, los microscopios electrónicos son también muy poderosos.

-¿Qué características o cualidades debe tener alguien que quiera trabajar en microscopía?

-Curiosidad, querés saber de qué está hecho el mundo. Un niño que juega con robots será muy bueno en entender estos instrumentos que miran la materia en resoluciones espectaculares. Son un poco complejos pero es un poco de mecánica y mucho de software. Y si querés trabajar en este campo, podés estudiar ciencia informática, física, biología y tendrás un conocimiento básico. Pero la curiosidad es la clave.  Las personas que se interesan en cómo funcionan las cosas… Ese sentimiento de curiosidad ayuda.

-¿Por qué le gusta trabajar en el campo de la microscopía?

-Porque es divertido y estás aprendiendo cosas nuevas todo el tiempo. Eso por un lado. Y por el otro sentís que estás colaborando con algo. Eso que la ciencia aún no ha resuelto. No decimos “OK, la mecánica cuántica fue inventada en 1930 y no hay nada más que hacer”. Hay mucho por hacer. Lo podés ver. Cada nuevo teléfono celular es mejor que el anterior, incluso ahora hacen reconocimiento de voz. De hecho da un poco de miedo. No se sabe cuánto pasará hasta que las computadoras sean más inteligentes que los humanos. Pienso que falta un largo trecho y mientras tanto está el desafío de descubrir. En 1900 podías caminar por el Polo Sur y podías ser la primera persona en hacerlo. Todo eso ha sido realizado. Pero en la actualidad si hacés un espectro vibracional de un átomo, eso no ha sido hecho antes. Así que hay competencias donde se puede conseguir “ser el primero” y es algo divertido.

-Una última pregunta: ¿por qué la astronomía y los telescopios son más populares que la microscopía y los microscopios?

-Los telescopios son mucho más accesibles y producen imágenes hermosas. Y pienso que la comunidad de astrónomos ha hecho un muy buen trabajo en popularizar lo que están haciendo. Cada uno de nosotros, los científicos, ha comprado en algún momento de su vida un telescopio amateur. Las imágenes que produce el telescopio espacial Hubble son absolutamente espectaculares y en cierto modo es arte. Cualquier persona puede mirar el cielo nocturno con el telescopio y mirar qué pasa allí afuera. Los microscopios de todos modos son la misma cosa. Todos pueden mirar una uña con un microscopio electrónico y mirar cómo está hecha. Pero quizás no hemos hecho tan buen trabajo haciéndole publicidad. Aunque hay programas de puertas abiertas y gente que trabaja con niños que vienen de las escuelas para conocer los microscopios. Deberíamos hacer más de estas actividades. Pero nunca podremos decir que estamos mirando algo a 6 mil millones años luz de distancia (risas). En fin, nuestro universo es interesante en todas las escalas. A mí particularmente me fascinan los descubrimientos astronómicos. Y pienso que el microscopio es como un telescopio usado al revés. 

*Esta entrevista fue publicada dentro de un informe especial publicado originalmente en UNIDIVERSIDAD, y se puede leer en este link.

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Por Laura García Oviedo, responsable del

Área de Comunicación Institucional-

Instituto Balseiro

San Carlos de Bariloche, 21/12/2017

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Más noticias: http://www.ib.edu.ar/index.php/comunicacion-y-prensa/noticias.html

 

 

Es un referente mundial de la microscopía y durante su reciente paso por Bariloche el Área de Comunicación del Instituto Balseiro (CNEA-UNCuyo) le hizo esta entrevista. Ondrej Krivanek es un físico checoslovaco-británico y Doctor en Física por la Universidad de Cambridge que vive en los Estados Unidos. En esta nota, cuenta parte de la historia de estos aparatos que ayudan a conocer la materia en escalas pequeñísimas.*

Fecha de publicación: 21/12/2017

El científico y tecnólogo Ondrej Krivanek es uno de los pioneros mundiales en el campo de la microscopía electrónica. Gracias a sus desarrollos, mejoró a mejorar la habilidad de analizar la materia a la escala atómica. Es co-fundador de la empresa Nion, compañía líder en instrumentos de microscopía. Y es uno de los científicos que desarrollaron la “corrección de la aberración”, un fenómeno que desveló a los microscopistas por más de medio siglo y que consistía en una especie de miopía de estas poderosas máquinas.

La Royal Society, en donde es fellow, destaca en su sitio web que los microscopios de Krivanek “ahora pueden mapear elementos químicos en muestras sólidas con resolución atómica y con una sensibilidad de un átomo individual”. En esta nota, realizada en el marco del “IV Congreso Argentino de Microscopía” realizado en el Centro Atómico Bariloche y en el Instituto Balseiro, el físico habla sobre la historia de la microscopía, sus aportes a este campo y para qué se utilizan los microscopios en la actualidad.

-¿Qué tanto ha avanzado la microscopía desde sus orígenes?

-El progreso ocurre en olas. El microscopio electrónico se inventó en la década de 1930 en Alemania. En los ‘50 comenzó a ser útil porque se pudo ver “dislocaciones”, es decir, se pudo ver cómo se deforman los materiales. Y en los ‘60 y ‘70, se empezó a resolver planos atómicos. El mundo está hecho en átomos, que están organizados usualmente en  arreglos ordenados. El metal de esta silla (N. de la R.: señala una silla en el aula donde transcurre la entrevista) está hecha de cristales organizados como soldados en un desfile. En los ‘70, se descubrió que un haz de electrones excitaba todo tipo de señales electromagnéticas. Se empezó a desarrollar los microscopios analíticos. Se empezó a ver qué tipo de átomos teníamos.

-¿Y luego?

-En la década del 2000 todo se puso mejor porque los microscopios tienen una visión imperfecta así que desarrollamos “anteojos” para estos microscopios. Hicimos lentes y la visión mejoró. Se realizó lo que llamamos “la corrección de aberración” hace unos 10 años. Otro desarrollo en el que estamos trabajando, y es algo muy reciente, es la espectroscopía vibracional en microscopios electrónicos. Mejoramos la resolución en un factor de 10. Eso nos da una nueva ventana para estudiar los materiales. Si golpeo esta mesa, resuena y eso es porque excité fonones y con esta técnica puedo ver los fonones vibrando. Es una técnica muy poderosa, sobre todo para analizar muestras biológicas. Es muy emocionante y es sólo el inicio.

-¿Cómo ayudó con su equipo en el trabajo de la “corrección de la aberracción”? O en otras palabras: ¿cómo ayudó a resolver la “miopía” de los microscopios?

-Esa es otra historia muy interesante. En 1937 un teórico alemán muy inteligente escribió un paper diciendo que los microscopios electrónicos siempre tendrían un problema con la aberración esférica. Fue como decir “inventamos este hermoso instrumento y no funcionará”. Por ese entonces el límite de lo que se podía ver no era malo pero eso era hace 80 años. En la década de 1950, la gente empezó a trabajar en la corrección de la aberración y no funcionó, tampoco en los ‘60 ni tampoco en los ‘70. En los ‘80, tampoco se veía una solución.

-¿Y qué pasó?

-Había dos equipos en el mundo, nosotros en Cambridge, Inglaterra, y otro en Heidelberg, Alemania, que dijimos: “Quizás esto funcione”. Intentamos y los dos equipos tuvimos éxito. Los alemanes desarrollaron un corrector del haz de los miscroscopios electrónicos y nosotros hicimos un corrector para los microscopios electrónicos de transmisión con barrido. Estos dispositivos cambiaron completamente el modo en el que se hace ahora microscopía. Pero cuando se realiza un primer desarrollo, pasa un tiempo hasta que alguien lo empieza a usar. Esto tardó diez años en nuestro caso. En 1997 tuvimos correctores que funcionaban; hacia 2001 o 2002, se empezó a usar en laboratorios de todo el mundo; y en 2010, ya había alrededor de 500 correctores de aberración en microscopios a nivel global. Así que la cosa despegó.

-¿Cómo se llaman las compañías?

-Hay una compañía que se llama CEOS (las siglas de Correct Electron Optical Systems) y la nuestra se llama NION.

-¿Hoy dónde están los microscopios más poderosos?

-Esa es una pregunta divertida porque es como preguntar cuál es el mejor auto en el mundo. Hay un mejor auto de carrera, uno familiar y así. Así que personas diferentes se especializan en cosas diferentes. En la microscopía biológica, el FBI está haciendo un muy buen trabajo. Por ejemplo, determinaron la estructura del virus Zika, que es algo muy importante. Pero la gente usa los microscopios para temas muy disímiles. Conocer la estructura de un virus ayuda a luchar contra el mismo. Si hablamos del campo de la ciencia de materiales nosotros, en NION, vamos a la cabeza de la espectroscopia de vibraciones. Y si hablamos de mapeos de elementos en una resolución espacial alta lo están haciendo muy bien en Japón. En el campo de la holografía, Hitachi es probablemente el mejor. Pero es como preguntar quién es el mejor cantante: hay alguien que canta mejor Barry Bachman, otro que canta mejor Puccini. Pero hay unas cuatro compañías que empujan la tecnología hacia el futuro.

-¿Son todas empresas privadas?

-Algunos de los desarrollos provienen de la cooperación con universidades. Pero cuando se necesita un gran financiamiento es cuando se tienden a convertir en empresas privadas.

-¿Qué es lo más chico que se puede ver en un microscopio?

-Átomos individuales. Pero no todos los átomos tienen el mismo tamaño. Por ahora no hemos logrado ver un átomo individual de hidrógeno porque es muy movedizo y cuando lo iluminamos con el haz  de electrones se escapa. Eso es algo que llamamos daño por radiación. Del hidrógeno podemos ver su señal vibracional pero es complicado. Creo que por ahora el átomo más chico ha sido el boro.

-¿Cuáles son los principales desafíos de la microscopía?

-Todo está evolucionando: es similar a la construcción de rascacielos, vas por más y más. Así que nuestro desafío actual en realidad consta de dos grandes desafíos. En espectroscopía vibracional, nos gustaría mejorar la resolución de energía. Hay cuestiones que no podemos resolver en la actualidad. Así que estamos trabajando en ello. Y el otro desafío es que, cuando empezás a agregar nuevos campos y empieza a haber todo un mundo de nuevos materiales, hay que trabajar en una atmósfera de gas o en un ambiente húmedo. Algunas de las muestras deben permanecer congeladas. Entonces hay que cambiar el manejo de las muestras en las facilidades de microscopios electrónicos. Hay muestras que deben verse en gases o en líquidos. Así que hay que hacer un nanolaboratorio en el microscopio y esto es un campo desafiante que precisa más flexibilidad y una mayor resolución.

-Para alguien que sabe poco o nada sobre microscopios, ¿podría explicar por qué son tan importantes y en qué campos se pueden utilizar?

-Tomemos como ejemplo tu teléfono celular. En su interior tiene microelectrónica y circuitos integrados. Y esos circuitos no funcionarían si la gente no trabajase con la microscopía electrónica. Todos los fabricantes de semiconductores, como Samsung e IBM, tienen un montón de microscopios electrónicos para que los bits en tu celular funcionen. Eso es nanotecnología, comprimir las cosas mucho y mucho más chicas. También se usan para entender la catálisis y cómo funcionan las baterías. Y si querés entender el modo fundamental en que la naturaleza ha hecho los materiales hay que examinarlos en niveles atómicos con microscopios con resolución atómica.

-Los microscopios también son fundamentales para el campo de la biología.

-Sí, se usan en el campo de la biología, ya mencioné el ejemplo de que con un microscopio se pudo ver la estructura del virus Zika, un problema muy urgente. Si no conocés cómo es el virus, no sabés cómo darle pelea.

-En el coloquio que dio en nuestro instituto, también mencionó que se usan para analizar material extraterrestre, ¿es así?

-Sí, materia del Sistema solar. La gente usa este tipo de cosas para entender cómo nació el universo. Es muy fácil mirar por un telescopio la materia de una estrella. Pero si ese material está flotando en el universo y podemos capturar pequeñas partículas podemos conocer detalles sobre el origen de nuestro universo y sobre cómo se formaron las primeras galaxias. Podemos conocer cómo se formó el sistema solar analizando esos fragmentos de materia. En este campo, los microscopios electrónicos son también muy poderosos.

-¿Qué características o cualidades debe tener alguien que quiera trabajar en microscopía?

-Curiosidad, querés saber de qué está hecho el mundo. Un niño que juega con robots será muy bueno en entender estos instrumentos que miran la materia en resoluciones espectaculares. Son un poco complejos pero es un poco de mecánica y mucho de software. Y si querés trabajar en este campo, podés estudiar ciencia informática, física, biología y tendrás un conocimiento básico. Pero la curiosidad es la clave.  Las personas que se interesan en cómo funcionan las cosas… Ese sentimiento de curiosidad ayuda.

-¿Por qué le gusta trabajar en el campo de la microscopía?

-Porque es divertido y estás aprendiendo cosas nuevas todo el tiempo. Eso por un lado. Y por el otro sentís que estás colaborando con algo. Eso que la ciencia aún no ha resuelto. No decimos “OK, la mecánica cuántica fue inventada en 1930 y no hay nada más que hacer”. Hay mucho por hacer. Lo podés ver. Cada nuevo teléfono celular es mejor que el anterior, incluso ahora hacen reconocimiento de voz. De hecho da un poco de miedo. No se sabe cuánto pasará hasta que las computadoras sean más inteligentes que los humanos. Pienso que falta un largo trecho y mientras tanto está el desafío de descubrir. En 1900 podías caminar por el Polo Sur y podías ser la primera persona en hacerlo. Todo eso ha sido realizado. Pero en la actualidad si hacés un espectro vibracional de un átomo, eso no ha sido hecho antes. Así que hay competencias donde se puede conseguir “ser el primero” y es algo divertido.

-Una última pregunta: ¿por qué la astronomía y los telescopios son más populares que la microscopía y los microscopios?

-Los telescopios son mucho más accesibles y producen imágenes hermosas. Y pienso que la comunidad de astrónomos ha hecho un muy buen trabajo en popularizar lo que están haciendo. Cada uno de nosotros, los científicos, ha comprado en algún momento de su vida un telescopio amateur. Las imágenes que produce el telescopio espacial Hubble son absolutamente espectaculares y en cierto modo es arte. Cualquier persona puede mirar el cielo nocturno con el telescopio y mirar qué pasa allí afuera. Los microscopios de todos modos son la misma cosa. Todos pueden mirar una uña con un microscopio electrónico y mirar cómo está hecha. Pero quizás no hemos hecho tan buen trabajo haciéndole publicidad. Aunque hay programas de puertas abiertas y gente que trabaja con niños que vienen de las escuelas para conocer los microscopios. Deberíamos hacer más de estas actividades. Pero nunca podremos decir que estamos mirando algo a 6 mil millones años luz de distancia (risas). En fin, nuestro universo es interesante en todas las escalas. A mí particularmente me fascinan los descubrimientos astronómicos. Y pienso que el microscopio es como un telescopio usado al revés. 

*Esta entrevista fue publicada dentro de un informe especial publicado originalmente en UNIDIVERSIDAD, y se puede leer en este link.

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Por Laura García Oviedo, responsable del

Área de Comunicación Institucional-

Instituto Balseiro

San Carlos de Bariloche, 21/12/2017

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Sonriente e inspirador, el científico cordobés visitó el Instituto Balseiro, en la ciudad de Bariloche, para dar un coloquio titulado “La revolución de la inmunoterapia en cáncer”. Después de la charla, que convocó a estudiantes y docentes de física e ingeniería además de investigadores de otras disciplinas, médicos y público general de la ciudad, Gabriel Rabinovich brindó una entrevista al Área de Comunicación Institucional y Prensa de este dependiente de la CNEA y la UNCuyo.

En abril de 2017, ingresó como miembro extranjero asociado a la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (NAS), una distinción que tienen en la historia sólo otros siete científicos argentinos. Entre otros múltiples reconocimientos por su trabajo en torno a la proteína llamada “galectina-1”, que juega roles cruciales en la regulación del sistema inmune y en enfermedades como el cáncer, Rabinovich recibió los premios Houssay, Bunge y Born, Konex de Platino y de Honor en Biomedicina y el de la Academia Mundial de las Ciencias (TWAS, por sus siglas en inglés). Su trabajo ya ha generado asimismo nueve patentes.

Licenciado en Bioquímica y Doctor en Inmunología por la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), Gabriel Rabinovich es actualmente profesor en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) e investigador superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). Es además director del Laboratorio de Inmunopatología y vicedirector del Instituto de Biología y Medicina Experimental (Ibyme), el mismo que dirigió el Premio Nobel Bernardo Houssay.

Ante la consulta de si alguna vez lo confundieron con un Les Luthiers, se ríe y responde que siempre le preguntan si es familiar de Daniel Rabinovich, uno de los integrantes de esa mítica banda de humor. “La verdad que somos muchos los Rabinovich, pero no tengo parentesco, al menos que yo conozca. Hace poquito me hicieron una nota en un programa que se llama A Fuego Lento y, justo de casualidad también estaba la esposa de Daniel Rabinovich. Nos encontramos por primera vez y empezamos a hablar que a ella siempre le preguntan por mí y a mí me preguntan si soy algo de Daniel”, contó.

GALECTINA-1: HÉROE Y VILLANO

-Ya hablando de su trabajo como investigador, ¿cómo fue que pasó de estudiar en su época de estudiante la retina del pollo a tener hoy 30 personas en su laboratorio? ¿Hubo algo de suerte?

-La verdad es que siempre digo que no elegí la ciencia sino que la ciencia me eligió a mí. Siento, de alguna manera, que cuando empecé a hacer investigación pensé que sería sólo un trabajo transitorio. Tenía 23 años y quería saber qué se hacía en un laboratorio de investigación. Me gustaba la inmunología y la vida me fue llevando a investigar sobre esto, al punto que fue, claramente hubo suerte en el medio, un descubrimiento inesperado. Pero también hubo un motor muy fuerte de querer ver algo, porque, la verdad, todos los resultados de experimentos anteriores eran negativos. 

-Usted identificó la galectina-1 a partir de sus primeros estudios con retinas de pollos. ¿Por qué esta proteína es héroe y villano al mismo tiempo?

-La galectina-1 es una proteína que se produce en nuestro organismo. Cuando uno tiene una respuesta inflamatoria, por ejemplo para poder eliminar cualquier peligro que nos acecha, como un virus o una bacteria, inmediatamente se genera una cantidad de linfocitos T. Éstos empiezan a aumentar para eliminar esa amenaza, que puede ser un tumor o puede ser un microbio. Llega un momento en el que esos linfocitos T tienen volver a la normalidad. A eso se llama resolución de la respuesta. Una vez que la respuesta se ejecutó, se resuelve.

-¿Qué les pasa a los linfocitos T cuando ya cumplieron con su trabajo? ¿Se mueren?

-Sí, tienen que empezar a morirse para llegar a sus niveles normales. No podemos tener linfocitos T activados todo el tiempo. Es como tener un ejército dentro de nosotros y todo el tiempo luchando y luchando. Entonces la galectina-1 le dice: “Pará flaco, ya eliminamos el microbio”. Así, la galectina-1 aumenta la cantidad, forma ese dímero y empieza a matar esos linfocitos T que están de más. Eso lo vimos en nuestro laboratorio. En ese caso esta proteína es buena. Porque si a los linfocitos T los dejamos que sigan en su cantidad muy grande van a empezar a producir enfermedades inflamatorias, autoinmunes y a dañar tejidos propios. En ese sentido, galectina-1 es un héroe.

-En el embarazo también es “buena”, contó en el coloquio.

-Sí, en el embarazo también porque protege al feto que está creciendo y también a la mujer de que no haya un aborto no deseado por linfocitos T que están dañando la placenta. Ese bebé que está creciendo es mitad antígenos del papá y mitad antígenos de la mamá. Entonces cómo hacen los linfocitos T de la mamá, que es un gran misterio, para no dañar a la parte del feto que pertenece al papá. Son organismos diferentes con antígenos diferentes. Lo que hemos visto es que los tumores, a medida que van creciendo, producen niveles de esta proteína muchísimo mayores que los que tiene una célula normal. Esto permite que esté en gran cantidad y de ese modo eliminar linfocitos T que están activados.

-Los linfocitos T también se paralizan…

-Sí, son paralizados. Galectina-1 tiene varios mecanismos de acción. Un mecanismo es primero paralizarlos. Cuando ya están paralizados por mucho tiempo, exponen azúcares y esos azúcares permiten la muerte.

-Entonces en el contexto de cáncer la galectina-1 es letal.

-Sí, en ese caso es un villano. Se le acerca al linfocito. El linfocito no tiene galectina-1 cuando está activado y es normal, porque en algunos casos patógenos lo tiene pero no vamos a entrar en este tema. El tumor produce grandes cantidades de galectina-1 y eso  le sirve para matar al linfocito T.

ESTRATEGIAS Y PATENTES

-Viendo todo este panorama que ocurre dentro de nuestros cuerpos, que en coloquio usted describió como compuesto por bandos de aliados y enemigos, y en el que hay traidores también, ¿qué estrategias idearon para poder meterse en el juego y ayudar a sanar?

- Pusimos en juego la función dual, a veces buena y a veces mala de la galectina-1. Cuando es buena, necesitamos más. Cuando es mala, necesitamos bloquearla. Entonces para poder bloquearla hicimos anticuerpos monoclonales, que son proteínas que fueron descubiertas por César Milstein, Premio Nobel, y lo que hacen es neutralizar una determinada proteína. Nosotros los generamos anti-galectina 1, por lo tanto bloquean galectina-1. La idea es que cuando nosotros administramos esto a  un tumor, por ahora sólo con ratones, lo que hacemos es bloquear galectina-1. Al neutralizarla, forman complejos inmunes que se eliminan y esto impide que esa galectina 1 juegue un rol y elimine linfocitos T. Esa es una estrategia en el caso de tumores.

-¿Y la otra estrategia?

-En el caso de enfermedades autoinmunes, necesitamos más galectina-1. Entonces lo que hicimos fue  construir variantes de galectina-1 que son muy resistentes y es como darles más galectina-1 en su forma óptima para poder… Eso no lo podemos contar mucho aun porque estamos con el proceso de la patente.

-¿Cuántas patentes tienen ya?

-Ahora estamos enviando la décima. Pero si uno ve la relación trabajo-patente, tenemos 240 trabajos y diez patentes. Cada patente es muy complicada. Son patentes que pertenecen al CONICET y a la Fundación Sales, que es una fundación que nos ha ayudado durante todos estos años. En el mundo, la ciencia no depende sólo del Estado sino también de fundaciones sin fines de lucro con miles de donantes… Nosotros tuvimos la suerte de contactar, cuando no teníamos la posibilidad de contar con subsidios del Estado, con esta Fundación para el cáncer, que nos fue ayudando mucho. De hecho, estas patentes son caras y hay que pagarlas en cada país.

-Imagino que su trabajo en el campo de la inmunoterapia ha sido un camino con idas y vueltas…

-Cuando apareció el primer resultado positivo, después de tener resultados negativos, ya había empezado a pensar que no servía para hacer ciencia. Ahora, en forma retrospectiva, puedo contarles lo que me pasó a los chicos jóvenes para ayudarlos a superar las crisis. Porque durante las crisis uno cree que las cosas no le salen y baja la autoestima. Y encima eso era acompañado con concursos docentes que perdía y becas que no salían. No entendía cómo era el tema de la investigación. Veía mucho exitismo por un lado, pero a mí no me salía nada. Entonces me frustré durante un tiempo.

-¿Y qué pasó cuando tuvo ese primer resultado positivo?

-Fue el comienzo de mucho… Tuvimos esa curiosidad de decir qué es esto, porque podríamos haberlo dejado en que un anticuerpo reacciona y dejarlo ahí y no saber de qué se trataba. En cada momento podríamos haberlo dejado. Podríamos haberlo dejado en que mata linfocitos T, pero quisimos preguntar cuál era el rol fisiológico. Siempre me gustó profundizar. El lema en nuestro laboratorio, que me gusta mucho y que lo aplicamos todo el tiempo aún en épocas de vacas flacas, es: “Si podemos soñar lo podemos hacer”. A mí me parece que lo más importante es tener ganas. Tenemos una sola vida para hacer todo lo que queremos hacer. Tenemos que salir de la zona de confort y hacer lo máximo que podamos.

-Es un desafío…

- Obviamente, mi zona de confort es hacer investigación básica, escribir trabajos, proponer hipótesis. Pero ahora nos enfrentamos a algo que es casi una responsabilidad social. Muchas veces tuve esa disquisición de decir: si ya tengo un lugar en la comunidad científica… Me pregunto cuál es la necesidad de estar expuesto a tantas presiones de negociar con compañías farmacéuticas y buscar programas de transferencia, si lo puede hacer otra persona en otro lugar del mundo. Y, en realidad, pienso que es algo muy caliente que me está llamando y que si lo dejo pasar… Quizás en pacientes no funcione, no lo sé… Pero, si funciona puede llegar a ser fantástico. Voy a sentir que le encontré un sentido a mi vida. Más allá de la publicación de trabajos y de la formación de recursos humanos, que, ya de por sí, puede ser un excelente sentido de vida.

-Ya es mucho lo que ha logrado.

-Siento que si se corta mi carrera, podría decir que identifiqué la galectina y su funcionalidad, algo que sentó las bases para nuevos trabajos en otros lugares. Y que formé recursos humanos y que generé un grupo. La verdad que la gente que me eligió es fantástica. Valoro muchísimo el grupo de trabajo que tengo porque hay un respeto entre todos. Hay unas ganas de superación. A mí me da mucha satisfacción que gente tan buena me haya elegido.

-Seguramente usted también eligió a cada integrante de su laboratorio…

-Bueno, todos nos elegimos entre todos.

Ir a la segunda parte de la entrevista: en este link.

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Por Laura García Oviedo

Área de Comunicación Institucional

Instituto Balseiro

San Carlos de Bariloche, 09/08/2017

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Ir a la primera parte de la entrevista: en este link.

Hijo de una madre farmacéutica y un padre contador, este bioquímico argentino es en la actualidad es un referente internacional en el campo de la inmunoterapia. En los Estados Unidos y en Europa, esa alternativa terapéutica, que se basa en regular el sistema inmune de cada paciente, está pisando cada vez más fuerte. En países como Argentina, ya hay tres anticuerpos aprobados para determinados tratamientos oncológicos. Y el equipo de Rabinovich busca aportar más alternativas.

Fecha de publicación: 09/08/2017

Ante la consulta de cuál es su campo específico de investigación, responde que es una cuestión un tanto compleja de responder porque trabaja un poco en glicobiología, ya que estudia azúcares que interactúan con la galectina-1. “Pero mi disciplina es la inmunología, porque estudio el sistema inmune. Hay gente que dice que trabajo en oncología porque trabajo con tumores y hay gente que dice que trabajo con reumatología porque trabajo con artritis reumautoidea. Pero estoy formado como bioquímico y en mi laboratorio tengo bioquímicos y físico-químicos”, describe, con una sonrisa.

Sentado en la oficina de dirección del Instituto Balseiro, con silencio de fondo luego de un atardecer agitado, el doctor Rabinovich dice que en un momento de su vida se dio cuenta que era importante salir de una zona de confort. Y se dio cuenta que además de hacer ciencia quería crear fármacos. “Podríamos haber demostrado nuestra hipótesis en torno a la galectina-1 y dejar que los tecnólogos hicieran los fármacos. Pero nos dieron muchas ganas de hacer una gran inversión de tiempo y valió la pena”, reflexiona el científico cordobés.

LA PUNTA DEL ICEBERG

-¿La inmunoterapia puede complementarse con otros tratamientos?
-Esa es una muy buena pregunta porque mucha gente cree, siendo fundamentalista de cada terapia, de que el hecho que aparezca una terapia hace que uno no tenga en cuenta otras. Lo que se ha visto es que la mejor forma es complementar las terapias. Uno podría utilizar la radioterapia o la quimiotergapia en bajas dosis, no en dosis tan tóxicas como muchas veces se dan, a los fines de liberar más antígenos. El tumor produce más antígenos, esos antígenos o proteínas son captados por células dendríticas, se las presentan a los linfocitos T. O sea cuanto más antígenos libere, más posibilidades hay de que sean captados por las células dendríticas, que vayan al ganglio linfático y que allí las presenten a los linfocitos T.

-En el coloquio usted comparó el ganglio linfático con una discoteca, en la que la célula dendrítica presenta al antígeno a un linfocito T. Siguiendo esa analogía, ¿podría explicar qué ocurre con esos antígenos o “pedacitos” de las células tumorales?
-Supongamos que una chica tiene la posibilidad de conocer a un chico. No le gusta, pero si viene con un pelo diferente, ahí bueno, le empieza a gustar un poquito más. Lo ve más extraño, reacciona mejor a él. Y esto es lo que buscamos. Cuantos más antígenos liberados hay, las células dendríticas los presentan al linfocito T. Cuantos más linfocitos T se excitan con ese antígeno que le trae la célula dendrítica, va a haber más diversidad, hablando de la diversidad que es tan importante, alrededor del tumor. Así, habrá más posibilidades de que maten al tumor cuando se les inhiben esas vías de señalización. Entonces es muy importante que se complementen en algunos casos las estrategias. La radioterapia y la quimioterapia liberan antígenos porque rompen el tumor, y éstos son captados con mayor frecuencia por las células dendríticas.

-¿Qué opina sobre el caso de Jimmy Carter, el expresidente de los Estados Unidos que se hizo inmunoterapia con éxito?
-Tuvo muy buenos resultados. Creo que eso hizo que haya un apoyo sostenido. Todos estos casos de famosos ayudan a que haga más conocida.

-¿Es poco conocida la inmunoterapia en la actualidad?
-Como toda terapia nueva, siempre genera alguna resistencia. Todos estos últimos años he ido, contratado por varias compañías para dar charlas, he visitado distintos países de Latinoamérica porque acá recién está entrando la inmunoterapia. En Estados Unidos y en Europa es mucho más fluida.

-¿La inmunoterapia está aún en pañales?
-Creo que lo que se ha visto hasta ahora es el tip del iceberg. Todavía falta muchísimo por descubrir. Hasta ahora funcionan dos tratamientos muy bien, que son contra dos de estos mecanismos de escape, el PD1 y el CTLA-4, pero hay muchísimos más. Son los anticuerpos del Pembrolizumab, de Merck, el Nivolumab, de Bristol-Myers y el Atezolizumab, de Roche. Hay un conjunto nuevo de moléculas, entre ellas la nuestra, que creemos que van a poder complementar o que van a poder ir en otros pacientes para los que no les funcionan los que ya existen.

EL FUTURO PERSONALIZADO

-¿Qué se espera para el futuro?
-Lo que uno espera para el futuro es que el médico oncólogo tenga un arsenal de distintos fármacos de acuerdo a la estrategia de escape que tenga cada tumor. Porque cada tumor aparece con un conjunto de armas diferente. Es como tener tu casa preparada para defenderte de un ladrón que viene con un arma determinada, pero él se dio cuenta y entra con otro tipo de arma…

-Claro, una misma estrategia no funciona para todos los pacientes.
-Por eso es costosa. No es una terapia estandarizada. Si uno tiene dolor de cabeza y se toma una aspirina o ibuprofeno, hay muchas posibilidades que se suprima. En este caso lo que uno hace es bloquear a nivel biológico un mediador que puede o no producirse, que el tumor puede o no tenerlo aumentado. Si el tumor no tiene aumentada la galectina-1, le das anti-galectina-1 y es como si le estuvieses dando agua. Pero si tiene galectina-1 activa y la bloqueás, es fantástico. Por eso lo importante en el futuro es la medicina de precisión.

-¿Podría contar de qué se trata la medicina de precisión?
-Consiste en detectar cuáles son los pacientes que son elegibles para un tratamiento y también, una vez que se inició el tratamiento, detectar si el tumor de ese paciente empezó a generar un mecanismo de escape adicional. Uno puede estar bloqueando por un lado, y que el tumor busque escaparse por otro lado. Entonces si uno pudiese hacerle un seguimiento y descubrir en qué momento ese tumor se hace resistente, podría tener las armas para salvar al paciente de esa resistencia.

AL SERVICIO DE LA SALUD

-En el coloquio habló sobre la vacunación, ¿por qué es tan importante?
-Soy claramente una persona que defiende la vacunación como inmunológo pero también como participante de esta vida social y como ciudadano. Uno de los grandes logros que ha tenido la medicina en todos estos siglos es la vacunación. Se han erradicado patologías que en otras épocas fueron epidemias y pandemias terribles que han devastado poblaciones, como la viruela. La poliomielitis se está erradicando: hay mucha menor incidencia. Con las vacunas la hepatitis se ha reducido. El cáncer de útero también.

-¿Cómo actúa la vacunación?
-Con el mismo mecanismo que vimos recién. Uno genera un fragmento de un determinado virus o un patógeno que no es virulento. Hay vacunas vivas y no vivas. Las células dendríticas van captando esos antígenos, llegan al ganglio linfático, activan esos linfocitos T y de esos linfocitos T algunos se transforman en efectores y la mayoría se transforman en memoria, que va recirculando durante años y años protegiéndonos de cuando ingresa el patógeno vivo, que puede matar o dañar tus tejidos. Cuando ingresa ese patógeno vivo, se encuentran con esos linfocitos T de memoria. Es cierto que todos tenemos linfocitos T vírgenes, que van a recircular, de toda la vida, que son los propios. Pero lo que uno hace es impulsar para que haya una gran cantidad y una gran frecuencia de linfocitos T contra aquellos patógenos prevalentes en la región.

-¿Qué pasa al no vacunar?
-Si yo no estoy vacunando a mi hijo, porque supongamos que soy padre que dice “no creo en la vacunación y hago lo que quiero con mi hijo”, puedo responder por mi hijo pero no puedo responder por los demás. El chiquito puede ir y contagiarse esa enfermedad que no sea grave para él pero sí para un chico con inmunodeficiencia y que no pueda ser vacunado. Estoy cometiendo, de alguna manera, un homicidio indirecto. Para mí el proyecto de ley que se presentó recientemente era un proyecto homicida.

-También quizás es una cuestión de ignorancia…
-Salí muy al frente, inclusive hablé sobre este tema en presidencia porque es importante no dejar que esas cosas surjan y que haya grupos conservadores que se aprovechen con asesoramientos de medicina alternativa para ir en contra del apoyo a la ciencia básica. Y es importante que se considere todo esto que les conté hoy, las terapias antitumorales, la vacunación, todo lo que mejora la vida de los pacientes, se hicieron gracias a la investigación básica. Cuando uno dice investigación básica se refiere a etapa de investigación fundamental y creativa, que debe mantenerse.

-¿Cuál es su mayor desafío u objetivo?
-¿Mi sueño? Me gusta plantearlo en términos de sueño, porque tiene mucho idealismo. Es ver gotear en la cama de los pacientes tanto el anticuerpo como sus variantes. Es ver que algún fármaco que surja del trabajo de tantos años pueda beneficiar la vida de un paciente. Muchas veces hacemos investigación que queremos que tenga impacto… La misma puede tener impacto en la formación de recursos humanos, en la generación de un conocimiento disruptivo que pueda cambiar los rumbos de un campo de investigación o puede tener un impacto en mejorar la vida de los pacientes. Un investigador lo que quiere es tener algún impacto.

-Ya generar un conocimiento disruptivo, generar ciencia, es muy importante…
-Me parece que muchas veces por esta cosa tan utilitaria, a veces menospreciamos el impacto del conocimiento por la irrupción del conocimiento. Me parece que un objetivo o un sueño grande es que todos estos descubrimientos o la identificación de las funciones de la galectina-1 sean disruptivos. Esto es, que puedan generar un paradigma nuevo y que éste pueda ser aplicado a distintos campos. Y mi sueño mayor es que en la cama del paciente le caiga en el suero el anticuerpo u otro fármaco y ver que le mejora la vida. Si eso sucede, ya tengo cerrado el ciclo de mi carrera.

Ir a la primera parte de la entrevista: en este link.

 

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Por Laura García Oviedo

Área de Comunicación Institucional

Instituto Balseiro

San Carlos de Bariloche, 04/08/2017

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