El Instituto Balseiro recibió la visita de integrantes de la promoción de egresados de la Licenciatura en Física de 1969. Además de reunirse con el director y los vicedirectores de la institución, los ex alumnos recorrieron viejas y nuevas instalaciones del campus.
Fecha de publicación: 09/03/2020
Con motivo del 50º aniversario de su egreso del Balseiro, varios de los integrantes de la de la promoción de la Licenciatura en Física de 1969 se reunieron en la ciudad de Bariloche el 7 de marzo. Recordar anécdotas, compartir recuerdos y ponerse al día en la ciudad fueron algunos de los objetivos del encuentro. En su agenda también incluyeron una visita a la institución en la que pasaron sus días de estudiantes universitarios y que los formó como físicos.
La agenda de actividades incluyó una reunión con el director del Instituto Balseiro, Ing. Mariano Cantero, y los vicedirectores, Dra. Ing. Graciela Bertolino y Dr. Daniel Domínguez. El recorrido del campus, realizada el lunes 9 por la mañana, incluyó una visita a un nuevo edificio de alojamiento estudiantil, que está próximo a estrenarse, entre otras instalaciones del Instituto Balseiro, dependiente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO).
El grupo de visitantes de la promoción del ‘69 estuvo integrado por Pablo Tognetti, Ricardo Page, Jorge Regolini y Roberto Iglesias. Alberto Ridner, también egresado de ese grupo, no pudo asistir. Participó en la reunión Ricardo Sagarzazu, quien estudió con ellos hasta el penúltimo cuatrimestre y se diplomó en Rosario. La promoción estaba integrada por dos alumnos más, ya fallecidos: Alberto Oliva Florio y Raúl Baragiola.
“Todos ellos han tenido trayectorias profesionales y académicas de grandísimo impacto para el país y la ciencia”, destacó el director del Instituto Balseiro, Mariano Cantero. Y mencionó que, por ejemplo, Pablo Tognetti, es el actual presidente de la empresa ARSAT.
“Fue una alegría y una emoción recibir al grupo de egresados .y recorrer las instalaciones del Centro Atómico Bariloche y del Instituto Balseiro. Se fueron muy contentos y emocionados de ver cómo ha evolucionado la infraestructura”, destacó el director del Balseiro, Mariano Cantero. Asimismo, remarcó que, de forma constante, se busca promocionar el vínculo entre los egresados y la institución, tanto desde el mismo Instituto como así también desde la Asociación de Ex Alumnos del Instituto Balseiro.
EMOCIONES Y RECUERDOS
“Sentí una gran emoción al ver lo que era nuestro y gran desconcierto al ver todo lo que se agregó con el tiempo”, expresó uno de los ex alumnos que integró la comitiva, el Dr. Jorge Regolini, que una vez egresado del Balseiro realizó una tesis en óptica de sólidos en Francia y luego un post-doc en la Universidad de Stanford sobre microelectrónica.
Ante la consulta de qué balance realiza sobre su formación en el Balseiro, Regolini respondió: “La formación fue lo suficientemente completa como para integrarme rápidamente a los diferentes laboratorios y centros donde actué, tanto en USA como en Francia”.
Regolini trabajó durante 30 años en la investigación y desarrollo de circuitos integrados complejos que hoy constituyen el corazón de todo lo que integra la vida cotidiana: teléfonos, TV, computadoras, electrónica automóvil, etc. “Este tiempo lo pasé entre France Telecom y STMicroelectronics, los dos en Grenoble”, cuenta el integrante de la promoción del 69 de la Licenciatura en Física del Instituto Balseiro.
Ante la consulta de si recuerda alguna anécdota o hecho curioso de su vida como estudiante en el Balseiro, responde: “Fuimos la promoción que inició el Cine Club, yo participaba en la selección de films y hacía la proyección con el equipo de 35 mm sin cortar la película al pasar de un rollo al otro, todo un laburo”, recuerda como anécdota de su época de estudiante del Balseiro.
Por su parte, Roberto Iglesias, que también integró el grupo de visitantes, contó que le llamó la atención el conjunto de nuevos edificios y la biblioteca. “A pesar de que vengo seguido al Instituto, especialmente desde el año 2000, siempre me impresionan los rápidos cambios. Sin duda el Instituto es muy diferente a aquel en que estudiamos, creció mucho y la cantidad de personas hace con que no exista más, me parece, ese relacionamiento casi familiar que existía en el pasado. Aunque viendo la galería de fotos en la Biblioteca uno percibe que se conserva aún y en parte el espíritu del Vieux Institut…”.
Ante la consulta de qué balance realiza sobre su formación en el Balseiro, Iglesias, que terminó su tesis en 1977 en Francia y se instaló en el Instituto de Física de la Universidade Federal do Rio Grande do Sul, en Porto Alegre, Brasil, destacó: “El Balseiro es sin duda una institución de excelencia, conocido y reconocido en todo el mundo. Nunca me arrepentí de haber optado por estudiar allí, hace más de cincuenta años. Creo que el Balseiro, sus profesores, me enseñaron a pensar por mí mismo, a resolver problemas, a colaborar con otros investigadores”.
Invitado a recordar una anécdota de su paso por el Balseiro, Iglesias, que es profesor emérito de la citada universidad de Brasil y si bien está jubilado continúa dirigiendo tesis de doctorado, apeló al humor: “Hice mi trabajo especial, hoy llamado tesina, bajo la dirección de Blas Alascio y Arturo López Dávalos. Mi mesa de trabajo estaba en la oficina de Arturo. Cierta vez alguien me buscaba y le preguntó a Arturo: ‘Iglesias trabaja aquí?’. Respondió Arturo: ‘Si trabaja no sé, pero tiene una mesa…’”.
Un detalle es que el grupo de egresados de 1969 fundó lo que sería el “boliche bailable” del Centro Atómico Bariloche y el Instituto Balseiro, llamado “L Electron Fou”. Varios de ellos son además protagonistas de una fotografía tomada a fines de la década de 1960, que fue la “cara” de la muestra “Huellas con historia”, organizada en 2015 para celebrar el 60º aniversario del Instituto Balseiro. En la misma, se puede ver a Regolini e Iglesias, junto Ricardo “Peck” Sagarzazu, Daniel Esparza, Pablo Tognetti y Alberto Ridner posando para la cámara del profesor de matemáticas, Andrés Sosnovsky. Ya pasó medio siglo desde aquella imagen. Casi nada.
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San Carlos de Bariloche, 09/03/2020
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