Casi 20 años de trabajo culminaron el domingo 30 de agosto cuando el satélite argentino SAOCOM1B fue puesto en órbita desde Cabo Cañaveral, Estados Unidos. Este satélite completó, junto con su “gemelo” SAOCOM1A, puesto en órbita en 2018, una constelación ítalo argentina que ayudará a gestionar emergencias. En el proyecto participan integrantes de múltiples instituciones y entre ellos hay egresados del Balseiro.
Fecha de publicación: 09/09/2020
El día en que egresan los estudiantes de una universidad, los sueños vuelan alto. En el caso de egresados del Instituto Balseiro que se dedican a fabricar satélites, esta metáfora se volvió, tarde o temprano en sus carreras, en una realidad. En esta nota, dos Ingenieros Nucleares del Balseiro, que forman parte de un equipo interinstitucional, vieron el domingo 30 de agosto como se ponía en órbita el SAOCOM 1B, la pieza que completó una constelación ítalo argentina de satélites de observación de la Tierra única en el mundo. En esta nota, cuentan cómo llegaron a trabajar en este campo.
Los equipos de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) junto la empresa INVAP y de muchas otras instituciones de Argentina forman parte de esta iniciativa que tuvo su inicio como idea hace dos décadas. Los paneles solares y la estructura de las antenas de radar fueron aportados por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).
Estos satélites detectan la humedad del suelo y pueden obtener información de la superficie terrestre en cualquier condición meteorológica u hora del día. Por esa razón, brindarán importantes servicios para la producción agropecuaria y la gestión de emergencias ambientales.
En el caso del SAOCOM1B es en particular el resultado de “más de 10 años de trabajo, con el aporte de más de mil profesionales y 80 instituciones y empresas del sistema científico tecnológico nacional, completa la Constelación SAOCOM, que representa la misión espacial más ambiciosa de nuestro país”, informa la CONAE.
“La Misión SAOCOM lleva al espacio una compleja tecnología de observación de la Tierra, que representa una importante mejora respecto de los sensores ópticos usuales. Se trata de un instrumento activo que consiste en el radar SAR, que trabaja en la porción de las microondas en banda L del espectro electromagnético”, informa la CONAE en un comunicado de prensa. La estructura de las antenas de radar fueron construidas por la CNEA.
El SAOCOM 1A, puesto en órbita en 2018, y el SAOCOM 1B, forman la “Constelación SAOCOM”, y, a su vez, ambos satélites forman parte de la citada constelación de satélites que se llama “Sistema Italo Argentino de Satélites para la Gestión de Emergencias” (SIASGE) creado por la CONAE y la Agencia Espacial Italiana (ASI).
DESDE EL 2000
Guillermo, “Willy”, Benito es uno de los egresados del Instituto Balseiro que trabajan desde hace años en el proyecto SAOCOM, en la empresa INVAP, en Bariloche. Tiene 59 años y es graduado de la sexta promoción de Ingenieros nucleares, de 1986. En la actualidad, es gerente de Integración de Gestión en INVAP.
“Empecé a trabajar en este proyecto en el año 2000, luego del lanzamiento del satélite SAC-C. Comencé trabajando en el modelado del radar, en el análisis de requerimientos, variables de diseño, modos de operación y análisis de factibilidad y desempeño”, cuenta el Ingeniero Nuclear.
Hasta el 2005 Benito trabajó en el instrumento SAR, en el último tiempo como ingeniero de sistema del instrumento. En 2005 el proyecto sufrió un parate y el profesional estuvo alejado del proyecto hasta 2008. Ese año retomó su participación como jefe de proyecto en INVAP (contratista principal del segmento de vuelo), función que cumplió hasta 2013.
“Desde 2014 hasta 2017 estuve vinculado al proyecto desde el rol de gerente del área espacial. Desde 2017 hasta hoy me encuentro dirigiendo un área de integración de gestión, con lo cual tengo un vínculo menor con el proyecto”, comenta el ingeniero.
Ante la consulta de en qué lo ayudó su formación en el Balseiro para enfrentar los desafíos de su trabajo, Benito responde: “La formación técnica de base del Instituto Balseiro es particularmente amplia y buena, lo que sienta las bases para que sus egresados puedan seguir aprendiendo sobre campos muy distintos a los de la especialidad de Ingeniería Nuclear”, dice Benito. Y grafica: “En mi promoción hay desde petroleros hasta intendentes”.
“Creo que lo mejor del Instituto fue aprender a aprender. A partir de la experiencia en el IB uno le pierde el miedo a encarar nuevos desafíos y eso es siempre medio partido ganado sea cual sea el desafío”, destaca el Ingeniero Nuclear.
Benito ya participó en varios lanzamientos de cohetes que cargan los satélites argentinos. ¿Qué sintió cuando vio el lanzamiento del Falcon 9 de SpaceX el pasado 30 de agosto? “Siempre es emocionante. Al margen de lo espectacular del evento, en los 15 o 20 minutos que van desde el lanzamiento hasta que se tiene la primera comunicación y se toma control del satélite en órbita desde tierra se juegan varios años de trabajo de muchas personas, y como cada satélite es una pieza única que requiere del trabajo artesanal y la creatividad permanente de los que participan no es fácil el desapego”, describe.
De todas formas, lo que a él más le llega en estos eventos es el fuerte espíritu de equipo que se genera en las últimas etapas de un proyecto satelital, que culminan “con la puesta en operación de una misión y con una experiencia grupal inolvidable”.
Cuando se recibió del Instituto Balseiro, Benito no se imaginaba que iba a trabajar en el campo de los satélites y la exploración espacial. Pero cuenta que desde que se recibió, e incluso antes, durante su trabajo final de la carrera de Ingeniería Nuclear, trabajó en modelado y simulación de procesos y en cálculo estructural y térmico, temas que no son excluyentes del área nuclear. De hecho, su primer trabajo en el área espacial fue en 1988, sólo dos años después de graduarse.
Haciendo memoria, ante la consulta de cómo surgió su interés por los temas espaciales, el ingeniero responde: “Siempre supe que iba a ser ingeniero, en principio quería ser ingeniero químico y después descubrí la posibilidad de ser ingeniero nuclear”. También remarca que siempre le interesó la composición del universo pero a partir del concepto del átomo, no particularmente desde el infinito que implica mirar hacia las estrellas. “Sin embargo, recuerdo muy vívidamente la emoción cuando vi el alunizaje del Apolo 11 a mis 8 años”, recuerda.
GRITAR EL GOL
Otro egresado que también fue contactado por el Área de Comunicación del Instituto Balseiro para realizar esta nota es el Ingeniero Nuclear Gabriel Achtig, que también trabaja en INVAP, en la ciudad de Bariloche y que es el actual Jefe del proyecto SAOCOM en INVAP. Tiene 46 años y se graduó de la carrera en 2000. El viernes 11 de septiembre dará un coloquio público en el Instituto Balseiro (ver recuadro).
Achtig trabaja en el proyecto SAOCOM desde 2012, cuando comenzó a trabajar en el grupo de Ingeniería de Sistemas del SAOCOM. En ese momento, Guillermo Benito era el jefe de Proyecto. Su primera tarea fue liderar el análisis de estrategias a bordo para la detección, la aislación y la recuperación ante fallas a nivel sistema.
“Luego diseñamos la secuencia inicial que son los automatismos que suceden ni bien el satélite se separa del lanzador. Más adelante me tocó liderar la preparación para las distintas revisiones de calificación y algunas campañas de ensayos funcionales, culminando con la coordinación de las campañas de lanzamiento de SAOCOM1A y el comienzo de la del SAOCOM1B”, comenta Achtig.
Ante la consulta de en qué lo ayudó su formación en el Balseiro para enfrentar los desafíos de su trabajo, el profesional responde: “La metodología de análisis de fallas que se usa en los reactores nucleares me sirvió como base para mis primeras tareas en el SAOCOM”. Y agrega la formación multidisciplinaria que le brindó el Balseiro le permitió adaptarse a temas que no eran del todo familiares a su experiencia previa. “Ademas me gustó la experiencia de ir encontrándome con ex alumnos del Balseiro en las diferentes etapas de mi vida profesional”, agrega.
El lanzamiento del Falcon 9 desde la estación de SpaceX generó mucha emoción en toda Argentina. Y Achtig y sus colegas no fue la excepción. “Lo grité como cuando hacía un gol en los partidos bravos de los torneos internos del CAB o los de la selección Argentina en los mundiales. La reacción de todos los que estábamos en el cuarto limpio de la sede de INVAP fue similar. ¡Nos quedamos con ganas de abrazarnos!”.
El Ingeniero Nuclear centa que hubo poco tiempo para festejar porque el equipo de operaciones estaba muy atento a los momentos más críticos, como la separación del lanzador y el despliegue de paneles solares, que fueron construidos por CNEA. “La puesta en órbita la estamos haciendo de forma excelente y con tiempos mucho más cortos que para el SAOCOM1A”, señala Achtig.
Cuando se recibió del Instituto Balseiro, Achtig, al igual que Benito, tampoco se imaginaba que iba a trabajar en el campo de los satélites y la exploración espacial. “Nunca me lo imaginé. Al egresar trabajé varios años en TecnoAccion desarrollando Software con otros egresados del Balseiro pero en temas de posicionamiento de vehículos usando GPS vía Internet. Mi trabajo estaba más orientado a temas de GIS, Mapas y geo-localización”, dice.
¿Y cuando era niño? ¿Le gustaba el espacio? “No especialmente. Me gustaban las ciencias en parte por el incentivo y apoyo de mi madre con las Muy Interesante y la serie Cosmos. En el colegio, si bien era técnico, no recuerdo mucho interés sobre temas espaciales en los programas de estudio”, responde uno de los referentes de temas satelitales en Argentina en la actualidad. Y agrega que tiene un lindo recuerdo en el IB sobre el tema espacial. “Fue cuando el Bepi Relloso nos dio una charla súper interesante sobre la misión SAC-B y todo lo que se hizo contra reloj en las 12 horas que duró, por la falla del lanzador Pegasus, de la que todos mis compañeros salimos maravillados”, recuerda.
Además de Benito y Achtig, en el proyecto SAOCOM participaron y/o participan muchos otros egresados y egresadas del Balseiro, además de, por supuesto, Conrado Varotto, que es físico graduado de este instituto dependiente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO).
Algunos de los mismos, nombrados de forma aleatoria, son, de INVAP: Eugenio Dambrauskas, Esteban Sferco, Mario Servin, Pablo Weder, Leonardo Handsztok, Kyu Hyung Kyung, Lucas Cubau, Tulio Calderon, Jose Relloso, Jorge Magoia, Verónica Garea, Jose Luis Molina, Cecilia Leiva; de CONAE: Carlos Barrientos; y de CNEA: Martín Alurralde, Igor Prario, Alejandro Vertanessian, Alfredo Hazarabedián. Si hay más egresados/as, se pueden contactar para avisar vía Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..
Para leer más sobre el proyecto SAOCOM, ver:
https://www.argentina.gob.ar/cnea/destacados/el-saocom-1b-lleva-al-espacio-tecnologia-de-cnea
COLUMNA DE OPINIÓN:
Un logro extraordinario
Por Guillermo Abramson*
El lanzamiento y la puesta en órbita del SAOCOM 1B es un logro extraordinario para el desarrollo espacial argentino. El satélite fue completamente diseñado y construido en Argentina, en un impecable esfuerzo interdisciplinario e interinstitucional que involucró a la CONAE, INVAP y la CNEA. Por supuesto, no es el primer satélite de gran complejidad construido por INVAP, pero ciertamente sirve para afianzar a la empresa Barilochense en la industria espacial. Es de esperar que muchos más clientes, incluso de otras partes del mundo, empiecen a considerar a INVAP como un proveedor confiable de satélites. De hecho, es algo que ya ha ocurrido, con el satélite de exploración marina SAC-D Aquarius comisionado por la NASA.
Por otro lado, fue emocionante poder observar los tensos minutos del ascenso al espacio sobre el increíble Falcon 9 de SpaceX, cuya primera etapa voló por cuarta vez. Apenas apagado sus motores lo vimos regresar y aterrizar erguido, chamuscado pero intacto, listo para ser reutilizado. También vimos cómo se separaron las cáscaras del carenado, que quedaron atrás de la nave y cayeron al mar, también para ser rescatadas y reutilizadas. Y finalmente vimos al SAOCOM separarse del cohete y volar solo, en dirección a su órbita. La transmisión en directo, con múltiples cámaras, de todos estos eventos, es realmente emocionante, además de muy impresionante desde el punto de vista técnico.
*Docente y egresado del Instituto Balseiro. Físico, divulgador científico y autor del blog "En el cielo las estrellas": https://guillermoabramson.blogspot.com/
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Área de Comunicación Institucional del
Instituto Balseiro.
San Carlos de Bariloche, 09/09/2020
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