Del 10 de octubre al 4 de noviembre de 2022 se realizará la Escuela José Antonio Balseiro titulada “Magnetismo y Materiales Magnéticos”. Las becas ofrecidas consisten en ayuda económica para gastos de traslado y de alojamiento durante la estadía de las personas que resulten seleccionadas para participar. Hay tiempo del 2 de mayo hasta el 3 de junio para inscribirse.
Pueden postularse estudiantes que estén en el último tramo de sus carreras universitarias o profesionales que hayan finalizado sus carreras de grado de forma reciente y se encuentren realizando un posgrado en ciencias (física, química o afines) e ingenierías de Argentina y de países de la región latinoamericana.
“El objetivo de la Escuela es que las personas participantes adquieran sólidos conocimientos básicos de Magnetismo y Materiales Magnéticos, y a su vez que puedan enterarse de los fenómenos y desarrollos más recientes en el área”, expresó la física Mara Granada, egresada y docente del Instituto Balseiro, que forma parte de la comisión organizadora de la Escuela Balseiro 2022.
Requisitos, condiciones, becas, auspiciantes y más información, en:
*Página de la Escuela J.A. Balseiro 2022, en este link.
*Noticia publicada en nuestro sitio web, en este link.
En abril de 1955 se firmó el documento para dar vida a un nuevo instituto de formación de profesionales de física en la ciudad de Bariloche. Se trata del convenio de creación entre la Comisión Nacional de Energía Atómica y la Universidad Nacional de Cuyo, que hoy ofrece 11 carreras de física e ingeniería.
Fecha de publicación: 22/04/2022
El 22 de abril parece un día común y corriente en el Instituto Balseiro. En su campus, integrado al Centro Atómico Bariloche, se están dictando clases en sus 11 carreras de ingeniería y física. Mientras tanto, en Buenos Aires, se están realizando entrevistas a postulantes de distintas provincias de Argentina que han pasado la prueba escrita del ingreso a sus carreras de grado. Pero en realidad es una fecha histórica.
Un día como el de hoy, pero de 1955, las autoridades de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO) firmaron un convenio que daría origen al entonces “Instituto de Física de Bariloche”. En la actualidad se lo conoce como “Instituto Balseiro”. El 1 de agosto de ese mismo año comenzarían oficialmente las clases.
“Es una gran alegría para nosotros festejar un año más de la creación del Instituto, y además en el contexto en el que ocurre, luego de dos años de una pandemia terrible que impactó el funcionamiento del mundo entero. Hoy el Instituto Balseiro está al día con todas sus actividades y en pleno funcionamiento”, expresó Mariano Cantero, director del Instituto Balseiro.
El Doctor en Ingeniería, que es ingeniero nuclear egresado y docente de esta institución, observó que la pandemia obligó a reprogramar actividades y cambiar prioridades para mantener al Instituto en marcha. “Hoy en día estamos nuevamente retomando la agenda de gestión que habíamos comprometido con la comunidad del IB y las autoridades de CNEA y UNCUYO cuando nos eligieron para asumir nuestra gestión en octubre del 2019”, dijo Cantero.
Asimismo, el director destacó que el contexto de pandemia se pudo tomar como una oportunidad de aprendizaje, que ha fortalecido y ayudado a prepararse mejor para cumplir con todo lo que se ha propuesto desde la Dirección. “Aún nos queda mucho por hacer”, dijo el director. Con respecto al aniversario, destacó: “La creación del Instituto fue una visión estratégica de las autoridades de la CNEA y de UNCUYO en su momento, que ha permitido muchos aportes al desarrollo del país”.
Particularidades del Balseiro
¿Cómo es hoy estudiar en el Balseiro? Al igual que en sus inicios, las personas que ingresan a estudiar en este instituto reciben becas de la CNEA para dedicarse de forma exclusiva al estudio. Esto incluye, entre otros gastos, cobertura de alojamiento, comida y material de estudio. Los valores se van ajustando de forma periódica. Se les ofrece además vivir dentro del campus, en el Centro Atómico Bariloche.
En las cuatro carreras de grado que ofrece el Balseiro se ingresa en el equivalente a tercer año de cada carrera. Esto implica que cada postulante debe haber acreditado previamente las materias de los dos primeros años de una carrera universitaria de ingeniería, física o afín.
También desde 1955 en el Balseiro existe un examen de admisión que está compuesto por dos etapas: una prueba escrita de física y matemáticas; y, para las personas que resultan seleccionadas, una fase de entrevistas personales. En estas dos últimas semanas de abril, se está realizando esa segunda etapa. En agosto quienes pasen ambas etapas obtendrán las becas y comenzarán las clases en Bariloche.
Estudiar en el Balseiro significa formarse con docentes que son investigadores y tecnólogos en un centro de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i ) de primer nivel: el Centro Atómico Bariloche (CAB) de la CNEA. El Balseiro es a la vez una unidad académica de la UNCUYO y una gerencia de la CNEA, además de uno de los tres institutos de la CNEA, junto con el Instituto Dan Beninson y el Instituto Sabato (ambos en Buenos Aires).
El campus del Balseiro, con sus aulas, laboratorios, biblioteca, gimnasio, canchas de tenis, edificios de alojamiento, está rodeado por montañas, lagos y ríos del Parque Nacional Nahuel Huapi. Al estar integrado al CAB, sus estudiantes tienen acceso a laboratorios también de este centro. El abanico de temas de I+D+i en los que se forma a futuros profesionales de la física y la ingeniería es amplio. Y el objetivo principal es aportar recursos humanos especializados para la industria y la academia.
Cifras al 2022
Durante el último año calendario, tuvieron actividad académica en el Balseiro tiene unos 350 estudiantes. En sus cuatro carreras de grado, cuenta con unos 140 estudiantes en total. Las carreras son: Ingeniería Nuclear, Ingeniería Mecánica, Ingeniería en Telecomunicaciones y la tradicional Licenciatura en Física. En sus siete carreras de posgrado, tiene unos 210 estudiantes activos. La oferta académica incluye la Carrera de Especialización de Aplicaciones de la Tecnología Nuclear (CEATEN), tres Maestrías (Ciencias Físicas, Ingeniería y Física Médica) y Doctorados (Ciencias de la Ingeniería, Ingeniería Nuclear y Física).
El plantel docente del Instituto está compuesto en la actualidad por un total de unos 260 docentes de dedicación simple, entre el Área de Ciencias y el Área de Ingeniería. Asimismo, cuenta con 23 profesores extraordinarios: siete Profesores Eméritos, cinco Honorarios y once Libres.
El Instituto Balseiro ha formado hasta hoy a 2.766 profesionales que egresaron de sus 11 carreras en total. Tiene 777 egresados de la Licenciatura en Física, 420 de Ingeniería Nuclear, 128 de Ingeniería Mecánica y 36 de Ingeniería en Telecomunicaciones.
En nivel de posgrado, el IB tiene 1405 egresados. La Maestría en Ciencias Físicas tiene 279 egresados; la Maestría en Física Médica, 155; y la Maestría en Ingeniería, 145. Con respecto a los Doctorados, el de Ciencias de la Ingeniería tiene 83 egresados, el de Ingeniería Nuclear, 41; y el Doctorado en Física, 460 egresados. Completan el listado, 242 egresados de la Carrera de Especialización en Aplicaciones Tecnológicas de la Energía Nuclear. Dirigen sus tesis unos 400 investigadores y tecnólogos de la CNEA, INVAP, CONICET, UNRN y otras instituciones asociadas.
Quién fue J. A. Balseiro
El físico cordobés José Antonio Balseiro fue el primer director del Instituto hoy conocido por su apellido debido a que él fue el principal impulsor del convenio entre la CNEA y la UNCUYO. Nacido en 1919, recibió una beca de la Universidad Nacional de Córdoba para estudiar en la Universidad Nacional de La Plata, donde se doctoró en Física dirigido por Guido Beck.
Sus principales mentores fueron Enrique Gaviola, mendocino, y Guido Beck, de origen checoslovaco, con quienes trabajó inicialmente en el Observatorio Astronómico de Córdoba. Tanto Gaviola como Beck luego darían clases en el Instituto de Física de Bariloche.
José Antonio Balseiro se convirtió en un personaje histórico en 1952, cuando debió regresar de Inglaterra, donde estaba trabajando, para presidir la comisión fiscalizadora que visitó el proyecto de fusión nuclear que se estaba realizando en la Isla Huemul. Allí, la comisión determinó que el físico austríaco Ronald Richter no aportaba evidencias para sus afirmaciones de haber obtenido resultados. Esto llevó al cierre y desmantelamiento del proyecto.
A partir de ese episodio de la historia de la ciencia de Argentina, se demostró la importancia de formar recursos humanos especializados en temáticas de física nuclear. Balseiro y Gaviola presentaron un proyecto ante CNEA y UNCUYO, en base a un proyecto previo de Gaviola, que contemplaba reutilizar equipamiento que había dejado Richter en Bariloche.
Finalmente Gaviola decidió no participar de la creación del nuevo instituto de física, por diferencias con respecto a las características distintas a las que él proponía. Balseiro continuó con las negociaciones entre ambas instituciones y, hace 67 años, el 22 de abril de 1955, se realizó la firma del acuerdo de creación del hoy llamado “Instituto Balseiro”.
Balseiro falleció a los 42 años, el 26 de marzo de 1962. Pero su proyecto logró continuar en aquellos primeros tiempos sin su presencia gracias a los esfuerzos de sus colegas y también primeros egresados. “Dejó tras de sí un ejemplo de vida regida por los más altos principios de honestidad y decencia, dedicada en buena parte al avance de la ciencia en la Argentina”, se describe en su biografía publicada en www.ib.edu.ar
Para saber más sobre los orígenes del Instituto Balseiro y de su primer director, se recomienda leer el libro “J. A. Balseiro: crónica de una ilusión. Una historia de la física en la Argentina” escrito por Arturo López Dávalos y Norma Badino (Editorial EDIUNC).
-Estudiar en el Balseiro: el mito de la genialidad (11/09/2018): www.ib.edu.ar/comunicacion-y-prensa/noticias/item/1113-estudiar-en-balseiro-el-mito-de-la-genialidad.html
Ingeniería en telecomunicaciones, mirando al futuro (11/12/2018): www.ib.edu.ar/comunicacion-y-prensa/noticias/item/1178-ingenieria-en-telecomunicaciones-mirando-al-futuro.html
Se cumplen 100 años del nacimiento de José Antonio Balseiro (29/03/2019): https://www.ib.edu.ar/comunicacion-y-prensa/noticias/item/1269-se-cumplen-100-anos-del-nacimiento-de-jose-antonio-balseiro.html
*ENTREVISTAS
-Entrevista a dos profesores de la comisión de ingreso del Balseiro (06/05/2016): https://www.ib.edu.ar/comunicacion-y-prensa/noticias/item/696-entrevista-a-dos-profesores-de-la-comision-de-ingreso-del-balseiro.html
-Entrevista a dos egresados del Balseiro: Lucas Grigolato y Laura Cruz
Parte 1: “Si pudiera viajar en el tiempo, me diría a mí mismo que lleve un reloj al examen y que no me confíe con que el aula va a tener uno” (05/02/2021): https://www.ib.edu.ar/comunicacion-y-prensa/noticias/item/1825-entrevista-a-laura-cruz-y-lucas-grigolato-parte-1.html
Parte 2: “La pasión con la que cada profesor transmite sus conocimientos es inigualable” (08/02/2021): https://www.ib.edu.ar/comunicacion-y-prensa/noticias/item/1827-entrevista-a-laura-cruz-y-lucas-grigolato-ingreso-al-ib-parte-2-la-pasion-con-la-que-cada-profesor-transmite-sus-conocimientos-es-inigualable.html
**Ingeniería Mecánica: Link a la lista de videos en YouTube.
**Ingeniería en Telecomunicaciones: Link a la lista de videos en YouTube.
**Ingeniería Nuclear: Link a la lista de videos en YouTube.
**Licenciatura en Física: Link a la lista de videos en YouTube.
Los/as invitamos a acceder a más videos, a través de nuestra página de VIDEOS (ingresar en este link).
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Área de Comunicación Institucional y Prensa
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Instituto Balseiro, San Carlos de Bariloche, 22/04/2022
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Caminante incansable, siempre con una sonrisa y con su pregunta “¿Cómo va la vida?”, así recuerdan muchos de sus discípulos al profesor Manfred Ahlers, que falleció en Bariloche durante el verano. En esta nota, un homenaje a su legado a través de recuerdos de personas que lo conocieron.
Fecha de publicación: 19/04/2022
La física cautivó a Manfred Ahlers desde joven, así que dedicó su vida a investigar los secretos de la materia, en especial de aquellos materiales que tienen “memoria de forma”. Padre, amigo, colega, esposo, Manfred Ahlers falleció a los 87 años de edad el 12 de enero pasado en San Carlos de Bariloche, dejando recuerdos invaluables entre quienes tuvieron el gusto de conocerlo.
En esta nota, que se realiza a modo de homenaje desde el Área de Comunicación Institucional y Prensa del Instituto Balseiro, se reunieron detalles sobre la vida de Ahlers, recuerdos de varias de las personas que lo conocieron y reflexiones sobre su legado como docente e investigador en el Centro Atómico Bariloche y el Instituto Balseiro.
Ahlers fue Profesor Titular y luego Profesor Honorario del Instituto Balseiro, institución pública dependiente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO). A la vez, fue investigador permanente en la hoy llamada División Física de Metales (antes se llamaba “División Metales”) de la CNEA, en el Centro Atómico Bariloche.
A lo largo de su trayectoria, realizó importantes aportes en la investigación de la física de materiales y en la formación de nuevos investigadores. Fue un referente internacional en el tema de “transformaciones de fase martensíticas”. Esto llevó, por ejemplo, a que la citada División sea en la actualidad referente nacional de microscopía electrónica de transmisión. En el Balseiro, dirigió 15 tesis doctorales (ver recuadro: “Tesis Doctorales…”) y fue invitado a participar en congresos realizados en múltiples países (ver subnota “¿Qué son las transformaciones…?”).
Una vida con base en Bariloche
Su nombre completo era Manfred Hermann Friedrich Peter Ahlers. Había nacido el 26 de agosto de 1934 en Lüneburg, en el norte de Alemania. Su padre era dueño de una truchería, y su madre era ama de casa. Su hermana y él atravesaron su infancia durante la Segunda Guerra Mundial. A la edad de elegir profesiones, la hermana eligió enfermería y Manfred, física.
Ahlers se diplomó en física en 1961 y de Doctor en Física en 1965 en la Universidad de Göttingen. Durante una estadía en el Instituto Mellon, en Pittsburgh, Estados Unidos, entre 1965 y 1968, recibió referencias de Argentina. En 1968 realizó su primer viaje al Centro Atómico Bariloche, para trabajar en la entonces llamada División Metales del Departamento de investigación básica del CAB. Allí conocería a su futuro cuñado, Roberto Pascual, hermano de quien sería su esposa: Teresa. Luego de un regreso temporario a Alemania, decidió instalarse en la ciudad de Bariloche, donde vivió el resto de su vida y donde desarrolló gran parte de su carrera como investigador y docente.
“Manfred era solitario, muy lector, colaborador salvo en tareas culinarias. Conciliador, con sentido del humor”, cuenta Teresa, también docente pero de geografía. Manfred y Teresa se casaron en 1977 y tuvieron dos hijos: Christian, que hoy tiene 35 años de edad y es Licenciado en Publicidad, y Mora, de 34, que es abogada. La familia se agrandó hace poco tiempo con el nacimiento del primer nieto, Rafael, que en la actualidad tiene un año y medio de edad.
Sus hobbies fueron la botánica, los idiomas, como el ruso, el japonés, el tibetano y el chino, y la música: además de disfrutar la música clásica y el jazz, tocaba el acordeón. Era también un eximio lector y disfrutaba leer sobre botánica, filosofía y religión. Buen caminante, de más joven visitaba los refugios de montaña de Bariloche, y ya de más grande, iba al trabajo y volvía a su casa caminando unos tres kilómetros diarios.
Tesis y aprendizajes
Cuatro ex estudiantes de Manfred Ahlers aceptaron la invitación del Área de Comunicación y Prensa del Balseiro para compartir recuerdos de su profesor. Ellos son Pierre Arneodo, Jorge Pelegrina, Francisco Lovey y Marcos Sade, todos físicos experimentales egresados y docentes del Instituto Balseiro. Arneodo y Pelegrina son investigadores del CONICET, el primero en el Departamento de Fisicoquímica de materiales del CAB y el segundo en la División Física de Metales de la Gerencia de Física de la CNEA. Lovey y Sade son investigadores de CNEA en la División Física de Metales. En los recuadros de esta nota, más colegas y ex estudiantes comparten sus recuerdos sobre Ahlers (ver recuadros: "Manfred Ahlers, miradas y recuerdos").
La primera pregunta fue cómo conocieron a su profesor y si querían compartir recuerdos. Pierre Arneodo, Licenciado y Doctor en Física bajo la dirección de tesis de Ahlers, cuenta que él fue el último egresado del Doctorado en Física que fue dirigido por Ahlers, en 2003. “En realidad creo que Manfred me conoció a mí antes que yo a él, porque era el director de mi padre cuando nací. Muchos años después, al momento de elegir mi tema de estudio para la licenciatura, tuve el placer de conocerlo conscientemente. Me sorprendió por su entusiasmo, casi infantil, y por lo accesible que resultaba como persona. No dudé en elegirlo como director”, relata Arneodo.
“Respecto de su personalidad, lo más destacable es que era una persona de gran bondad, conocimientos más allá de aquellos a los que pueden aspirar la mayoría de los investigadores y una generosidad respecto de esos conocimientos también poco habituales en este medio”, dice Arneodo. Y comenta que también le impactaba su capacidad de entender y discutir detalles experimentales con una comprensión notable, sin participar en persona de los experimentos. “Era como, sin estar junto a los equipos de medición pudiera verlos.” Además, cuenta que Ahlers permitía que sus estudiantes desarrollaran sus ideas con total libertad, aun sabiendo de antemano que podían estar equivocados.
Jorge Luis Pelegrina cuenta que cuando ingresó a la División Metales del CAB en agosto de 1983, el objetivo era realizar su trabajo final de su licenciatura con M. Chandrasekaran. Pero en 1985, ante la partida de su director, Ahlers comenzó a dirigir su tesis. “Ya en ese momento, Manfred era considerado como ´el referente` de las transformaciones de fase martensíticas (…) A partir de ese momento descubrí su paciencia con los alumnos y su dedicación al trabajo. Siempre estaba preguntando cosas”, dice Pelegrina.
“La pregunta típica para los alumnos era: ¿cómo anda la vida?, que significaba: ¿tenés algún resultado nuevo? No era necesario concertar una cita para reunirse con él. En cualquier momento uno podía interrumpirlo para mostrarle nuevos datos o hacerle alguna consulta”, agrega Pelegrina. Y comenta que eso normalmente traía como consecuencia un par de preguntas por parte de Ahlers que “motivaban más trabajo experimental para completar el cuadro del problema planteado”.
PROFESOR. Ahlers junto a colegas del edificio de Materiales, en el Centro Atómico Bariloche. Crédito: Gentileza.
Francisco Lovey cuenta que conoció a Ahlers en 1977, cuando ingresó a la División Metales del CAB para realizar su Trabajo Especial de la Licenciatura en Física. “Luego continué con el Doctorado en Física, finalizado el cual ingresé al plantel permanente de la División. Realicé una estadía postdoctoral en el exterior y al regresar continué como investigador en dicha División”, detalla.
“Desde los primeros tiempos tuve oportunidad de trabajar conjuntamente con Manfred en varios temas, relacionados con las transformaciones de fase en sólidos y transformaciones martensíticas. En esos primeros años era frecuente escuchar el sonido de un acordeón que salía de la oficina de Manfred, al final de la jornada, cuando solo quedábamos los becarios abocados a finalizar nuestras Tesis”, recuerda Lovey. Y agrega: “Gran caminante, a veces se lo podía encontrar en la zona de los refugios en las caminatas por la montaña”.
Por su parte, Marcos Sade cuenta que conoció a Manfred Ahlers en 1979, cuando realizó su Trabajo Especial bajo la dirección de Ricardo Rapacioli, que ese año se había doctorado bajo la dirección de Ahlers en la División Metales. “Al finalizar la licenciatura opté por realizar la tesis doctoral bajo la dirección de Ahlers. Mucho se podría decir de Manfred, pero comienzo mencionando que disfrutaba tanto planteando una pregunta como cuando vislumbraba la respuesta”, expresa Sade.
“Manfred tenía una profunda curiosidad científica y una notable agudeza para discernir qué problema se podría resolver con un experimento bien diseñado. Sus puertas siempre estaban abiertas. Estaba permanentemente pensando, estudiando, escribiendo, haciendo cuentas y a la vez tenía tiempo para recibir a cualquiera de sus estudiantes en todo momento”, describe Sade. Y agrega: “Nunca pedía nada para él mismo, y costó cierto esfuerzo convencerlo de que su sillón debía ser reemplazado. El buen humor era su característica”.
Ante la consulta de cuál fue el legado como docente y científico de Ahlers, Pierre Arneodo destaca: “Mi visión es que su incorporación al CAB y al IB generó una línea de investigación que perdura y que ha permitido la formación de un número muy importante de recursos humanos, de manera directa e indirecta. Su aporte a nivel internacional también es altamente reconocido”.
Para Pelegrina, un rasgo muy notable de Ahlers era su entusiasmo con la docencia. “Sacaba información de infinidad de libros para armar las clases que evidenciaban su impronta. Siempre yendo un paso más allá de los textos tradicionales y tratando de que no queden preguntas sin responder. En ese sentido, ante una pregunta de un alumno que lo descolocaba, él no tenía problema en decir ´no sé`. ¡Pero en la clase siguiente traía la respuesta con lujo de detalle!”, relata. Recuerda que Ahlers armó la materia “Métodos Experimentales”: “En ella, un físico teórico como él nos explicaba a nosotros, los experimentales, las potencialidades de cada equipo de laboratorio”.
Pelegrina comenta que es obvia la importancia del legado a través de todos los alumnos que formó en los distintos niveles, tanto de grado como de posgrado. “Creo que el respeto que inspiraba Manfred en la comunidad permitió que la División Metales sobreviviese a la escisión que ocurrió alrededor de 1984, cuando la mayor parte del personal decidió pertenecer a Investigación Aplicada (actualmente la GIA). El grupo que permaneció en Física (actualmente la GF) se benefició de su labor como Jefe de División hasta que quedó consolidado.”
Franscisco Lovey sintetiza: “Manfred fue la columna vertebral de la División Metales durante más de cuatro décadas. Publicó más de dos centenares de artículos científicos, muchos de los cuales alcanzaron gran renombre internacional en la temática mencionada”. También remarca que Ahlers alcanzó un alto prestigio internacional, y que fue conferencista invitado en numerosos Congresos Científicos e Institutos de Investigación. “Su legado ha sido ciertamente fecundo para el Centro Atómico Bariloche, el Instituto Balseiro, el país y el mundo”, expresa Lovey.
Sobre su legado como docente y científico, Sade cuenta que a cada tesista Manfred le planteaba un problema que por un lado era suficientemente amplio para dar lugar a la iniciativa, y por otro apuntaba a la construcción de un edificio conceptual. “Otro aspecto descollante del impacto que tuvo Manfred en el desarrollo del grupo es que las diversas tesis doctorales que se fueron llevando a cabo bajo su dirección requirieron creciente capacidad de estudio microestructural. Esto contribuyó a convertir al laboratorio en un centro relevante a nivel nacional en el campo de la microscopía electrónica de alta resolución, liderado por Francisco Lovey y actualmente bajo la responsabilidad de Alfredo Tolley quien hiciera su tesis doctoral con Manfred”, describe Sade.
Asimismo, Sade destaca que la fatiga de materiales, vinculada en especial a los materiales con memoria de forma, se sumó como tema de investigación en el CAB gracias a su tesis doctoral dirigida por Ahlers. “El tema resultaba apasionante pues la visible reversibilidad mecánica asociada al recuperar la forma, estaba acompañada en realidad por la formación de defectos tanto en el interior como en la superficie, proceso que finalizaba en la fractura del material”, cuenta Sade.
Sade, quien además agrega que los primeros resultados surgieron como consecuencia de haberse desviado de la pregunta inicialmente planteada, apoyado por su profesor. Para Sade, se trata de un ejemplo de cómo se podía partir de un problema de investigación básica que tenía implicancias en el campo tecnológico industrial donde la fatiga de materiales puede ser un grave problema. En la columna “Manfred Ahlers, curiosidad científica…” cuenta más detalles sobre el profesor.
Anécdotas con física y sonrisas
Por último, pero no por eso menos relevante, se invitó a los participantes de esta nota a compartir alguna anécdota de su Profesor. “Muchas anécdotas están relacionadas con su manejo del lenguaje. Manfred era también un estudioso en este campo, sabía varios idiomas, pero su acento y sus construcciones gramaticales eran siempre motivo de asombro, incluso por parte de los que hablaban su idioma natal”, observa Pierre Arneodo.
“Sigo usando una expresión que él decía: ‘Y chau listo’ o ‘Y chau y listo’, ya que nunca le pregunté cuál era la forma correcta. Otra característica distintiva eran los jeroglíficos con los que escribía sus apuntes, que eran excelentes por otro lado, que después de algunos meses uno podía llegar a leer casi con fluidez”, expresa Arneodo.
MONTAÑA. Manfred Ahlers disfrutaba de las caminatas. En la foto, junto a la física Adriana Condo. Crédito: Fabiana Laguna
Pelegrina realiza un punteo de tres anécdotas sobre su Profesor. La primera: Al ser un referente internacional en el citado tema de transformaciones martensíticas, Ahlers viajó invitado a numerosos congresos y centros de investigación. “Así que un día llamaron a Teresa y a Manfred de la escuela del hijo porque había un problema: ‘Mentía contando que había estado viviendo en muchos países’. Pero en realidad era la verdad, habían viajado mucho.”
La segunda anécdota: “Siempre hubo maldad entre sus alumnos relacionada con su pronunciación del castellano. La típica era hablar del ‘Coro-Obre’ después de una clase de la estabilidad de fases en el sistema ‘Oro-Cobre’.” Y la tercera: “Rara vez estuvo enfermo. Probablemente por las caminatas que hacía todos los días entre su casa y el CAB. Si uno paraba con el auto para alcanzarlo, siempre declinaba el ofrecimiento diciendo que eran sus momentos para pensar en los resultados.”
Lovey elige una frase para describir a Ahlers: “Nos transmitió la importancia de compartir el conocimiento y la capacidad experimental adquirida que hoy podemos mostrar con orgullo a través de diversos ejemplos entre los cuales se pueden mencionar los cursos sistemáticos que la División lleva adelante para que estudiantes y profesionales de todo el país aprendan y utilicen los microscopios electrónicos de transmisión”. En este link se puede leer un listado de las publicaciones de Ahlers.
Por su parte, Sade expresa: “Hoy, la temática de trabajo en nuestro grupo se ha diversificado notablemente, pero se puede aseverar que Manfred ha dejado una notable impronta asociada al análisis, la discusión, la relación de la teoría con los experimentos, la curiosidad científica con la mirada en potenciales aplicaciones y la generosidad a la hora de compartir el conocimiento y las capacidades experimentales adquiridas”.
Mientras tanto, los átomos siguen moviéndose en los objetos que nos rodean, generando “una chispa” que fue la que motivó a Manfred Ahlers toda su vida. Y que hizo que dejase su huella no sólo en el campo de la física de materiales que tanto lo intrigó, sino en todos quienes tuvieron el gusto de conocerlo.
Por Laura García Oviedo / Área de Comunicación y Prensa del Instituto Balseiro*
*Subnota: ¿Qué son las transformaciones martensíticas?
*Recuadros: "Manfred Ahlers, miradas y recuerdos" Ex tesistas del Dr. Manfred Ahlers comparten más recuerdos sobre su Profesor.
*Columna de opinión: “Manfred Ahlers, curiosidad científica con mirada en potenciales aplicaciones” por Marcos Sade.
*Recuadro: Tesis Doctorales dirigidas por el Dr. Manfred Ahlers
*Recuadro: Publicaciones del Dr. Manfred Ahlers
*Nota previa: Reconocen a científicos argentinos por su trabajo con materiales inteligentes (02/07/2019)
*Importante para medios de comunicación o canales de comunicación institucionales: Pueden reproducir esta nota en forma total o parcial, por favor, mencionando la fuente y la firma.
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Por Laura García Oviedo
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*Apertura: Laura García Oviedo
*Fotos 2 y 3 en orden descendente: Gentileza Marcos Sade
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Instituto Balseiro, San Carlos de Bariloche, 19/04/2022
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Ex tesistas recuerdan a su director y colega, Manfred Ahlers en estos recuadros que acompañan la nota principal “Un homenaje desde el Balseiro a la vida y el legado científico de Manfred Ahlers”.
Fecha de publicación: 19/04/2022
Por Alfredo Tolley*
“El Prof. Manfred Ahlers fue mi director de Tesis de Doctorado entre 1986 y 1992. Como era su costumbre con sus becarios, el tema que me propuso implicaba un gran desafío, incursionar en una nueva y amplia temática. Además de su profundo conocimiento, que compartía con generosidad, la principal característica que recuerdo de él como director de tesis era su capacidad de contagiar entusiasmo. De mis charlas semanales de seguimiento durante mis años de becario siempre salía con renovada inspiración.
También cursé varias materias de posgrado con él. Recuerdo que era muy impresionante el volumen de información que transmitía en sus clases, que resultaba de una intensa dedicación a la preparación de cada una de ellas. Tenía un gran sentido de la responsabilidad. En particular, recuerdo que en una ocasión eligió la fecha de una intervención médica de manera que no interrumpiera el dictado de clases, priorizando la continuidad de su actividad docente.
La seriedad y profundidad de sus trabajos científicos es notable, la cual le ganó un amplio respeto en la comunidad científica internacional. Con un grupo de colegas solíamos juntarnos semanalmente a escudriñar y discutir sus trabajos publicados, para aprender de su gran riqueza conceptual.
Fue generoso para abrir puertas y oportunidades para sus estudiantes y colegas, a partir de su prestigio en la comunidad científica, por lo cual estaremos siempre agradecidos. Pero por sobre todas las cosas, transmitió a todo el grupo de trabajo su espíritu de curiosidad, seriedad, dedicación, sencillez y respeto por el trabajo ajeno.”
*Doctor en Física (Instituto Balseiro- CNEA/UNCUYO), miembro de la División Física de Metales del Centro Atómico Bariloche y Profesor Asociado del IB en el área de Ingeniería.
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Por Ricardo Romero*
“La palabra que mejor ejemplifica lo que siento por Manfred Ahlers es agradecimiento. Cuando arribé al CAB, siendo beneficiario de una beca de CNEA para realizar mi tesis doctoral, proviniendo de una, para entonces, casi desconocida universidad (UNCPBA), Manfred accedió a darme un tema de investigación para realizar la tesis. Él era un investigador científico muy reconocido, estaba desarrollando en ese momento la dirección de varias personas y no tenía ninguna necesidad de correr la aventura de dirigir a alguien sobre el cual carecía de casi toda referencia. Indudablemente fue un gesto de mucha generosidad.
Me explicó extensamente los temas que abarcaban su trabajo de investigación y las cuestiones abiertas que era necesario intentar responder. Como era de esperar, no entendí gran cosa, no obstante comencé lentamente a interiorizarme y pude empezar a trabajar con mucho apoyo de algunos compañeros del Laboratorio de Metales. Manfred tenía una notable capacidad de generar líneas de trabajo dignas de ser investigadas de por sí, y que además contribuían al tema que más lo motivaba, la estabilidad de fases.
Como director no acostumbraba con mucha frecuencia preguntar a sus tesistas sobre los progresos de su trabajo, no obstante si alguno pasaba un tiempo prolongado sin pedirle una reunión de trabajo, en algún momento se paraba en la puerta de su oficina y le decía: “¿Cómo anda la vida?”. A mí nadie me informó sobre el significado de la frase, pero entendí que indicaba que era hora de conversar sobre resultados, y había que tenerlos. En esas reuniones uno vislumbraba su enorme comprensión de los temas de trabajo.
Otra expresión estimulante para el trabajo del dirigido que recuerdo que decía es: “Tengo curiosidad por saber…” (él no pronunciaba exactamente “curiosidad”). También solía bromear sobre diversos temas y por si no se había entendido bien aclaraba: “es un chiste”.
Lo caracterizaba una firme ética de trabajo, se publicaba si los resultados experimentales y su elaboración ameritaban ser difundidos a la comunidad científica. Buen colega, a menudo recibía en su oficina a otros investigadores del CAB o externos que lo consultaban sobre diversos temas de investigación. Notablemente una gran persona.
En los Agradecimientos de mi Tesis Doctoral escribí: “A Manfred Ahlers quien formuló las preguntas y luego pacientemente me ayudó a contestarlas”. ¡Y lo sigue haciendo!”
* Doctor en Física (Instituto Balseiro- CNEA/UNCUYO), Investigador Superior; Profesor Titular UNCPBA (jubilado)
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Por Ada Ghilarducci de Salva*
“Apreciado Manfred, gracias por guiarme en la tesis doctoral en física, con gran dedicación y paciencia estudiando los bellos cristales de CuZnAl en fase beta que brillaban como el oro; y por darme luego la libertad de hacer otros temas.
Gracias por darnos un hermoso momento musical con tu acordeón cuando vivías en la esquina del Pabellón 4, que fuimos un grupo de estudiantes a invitarte a tocar en el Salón de Actos... aunque no aceptaste, nos atendiste muy amablemente.
Y gracias por la linda familia que formaste con Teresa, gran persona, con quien compartimos los viajes al Woodville de nuestros hijos, que fue profesora de Luis y Natalia Salva, y consejera de Luis de que siga el secundario en el Capraro por alemán que le sería útil para estudiar música clásica, Luis aún lo recuerda con agradecimiento. Contigo y Teresa, y tus hijos Cristian y Morita, compartimos en familia lindos momentos...!
Y gracias por todo lo bueno de tu paso por Metales, que fue mucho...! por tu gran talento, capacitación, visión del nexo entre los experimentos y la teoría, y tu vocación por la transformación martensítica, y más en especial por tu forma de ser cordial y optimista, contagiando las ganas de trabajar y de vivir. Un ser de luz con cualidades humanas y profesionales ejemplares.”
Que Dios te reciba en su gloria, Manfred. Te recordaremos siempre.
*Doctora en Física (Instituto Balseiro- CNEA/UNCUYO) y Profesora Adjunta del Instituto Balseiro. Investigadora Principal Conicet. Investigadora de CNEA. Jubilada.
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Por Juan Carlos Bolcich*
* Dr. en Física (Instituto Balseiro- CNEA/UNCUYO), Profesor jubilado del IB. Presidente de la AAH (Asociación Argentina del Hidrógeno) y Vicepresidente por Latinoamérica de la IAHE (International Association Hydrogen Energy).
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Por Horacio Troiani*
“Realicé mi doctorado en la división de Física de Metales del CAB bajo la dirección de Manfred Ahlers. Después trabajamos un poquito más. Manfred fue y es, porque siempre estará con nosotros, una persona sobresaliente en todos los aspectos. Un ser humano de calidad excepcional. Siempre sonriente. Siempre predispuesto al diálogo y a ayudar. No recuerdo un enojo de su parte. Persona muy cálida y muy noble. Cuando uno le hacía una pregunta se iba de su oficina con un libro. Muy dedicado al trabajo pero también muy experto en muchas otras cosas. Experto en flores de la zona, en música y muchas otras cosas. Su concepto mágico era para la ciencia y todo lo que hacía la “curiosidad”.
Fue un formador de formadores. Dirigió 13 o 14 tesis doctorales. Profesor genial. Autor de geniales publicaciones científicas. Sus apuntes de clase eran completos y exhaustivos. Experto total en transformaciones y estabilidad de fases. Me acuerdo que muchos de sus viajes eran porque lo invitaban. Siempre tenerlo era un lujo.
Anécdotas miles. Un día me dijo siempre con su acento: “Si en Alemania un chico quiere estudiar música lo mandan a una academia. En Argentina va y se compra un instrumento. Y a veces salen cosas muy buenas”. Amaba la libertad que tenemos los argentinos para muchas cosas. Recuerdo su voz y el sonido de su sonrisa. Un día me contó que hablaba en castellano, escribía en inglés, pensaba en alemán y soñaba en un idioma que él mismo no entendía. Siempre lleno de viajes y anécdotas divertidas. Todos los que te conocimos te extrañamos mucho Manfred.”
*Dr. En Física (Instituto Balseiro- CNEA/UNCUYO), Investigador de CONICET y profesor de la Universidad Nacional de Río Negro.
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Por Marcos Sade*
"Analizar el legado dejado por Ahlers al Centro Atómico Bariloche requiere a la vez comentar algunas de sus pasiones temáticas y temas de trabajo anteriores a su ingreso al Centro Atómico Bariloche.
Su tesis doctoral en Alemania versó sobre deformación plástica en monocristales de plata. Es muy probable que ahí se haya convencido que el trabajo con monocristales era una fuente inagotable de conocimiento más allá de que la mayor parte de los materiales utilizados en nuestro planeta se encuentran en forma policristalina, concepto que nos repetía con tenacidad indeclinable.
En su estadía postdoctoral en el Mellon Institute de Pittsburgh bajo la dirección de Massalski también trabajó en muestras deformadas plásticamente pero en este caso utilizando microscopía electrónica de transmisión. Sin embargo todo indica que el tema que se convirtió en su pasión se vincula con un colega, Horace Pops con quien compartía encuentros de café en dicho instituto.
Pops le mostró un día un reluciente monocristal de CuZn que se deformaba como si fuera goma y recuperaba su forma original al liberarlo de la fuerza aplicada. Y este fue el origen de su inserción en el tema de transformaciones martensíticas y materiales con efecto memoria, tema que lo intrigó buena parte de su vida, le llenó de curiosidad, le permitió formar a alrededor de 15 doctores en el Centro Atómico Bariloche y le granjeó un profundo respeto internacional de la comunidad científica.
Ya en el Centro Atómico Bariloche
Uno de los temas que constituyeron una pasión para Manfred fue el de las transformaciones martensíticas. Estas transformaciones son cambios de estructura no difusivos que se pueden lograr mediante cambios de temperatura, mediante la aplicación de fuerzas mecánicas o a través de una combinación de variaciones de temperatura y aplicación de fuerzas mecánicas. Los átomos cambian de lugar moviéndose en forma coordinada desplazándose distancias mucho menores que la distancia interatómica.
Este tipo de transformación estructural ocurre entre 2 estructuras o fases: la austenita que es la fase de mayor temperatura (o fase madre) y la martensita que es aquella fase que se obtiene enfriando a la austenita o aplicando una carga mecánica a esta estructura. Entender y quizás controlar la estabilidad relativa de las fases involucradas ha sido siempre un gran desafío en el cual Manfred incursionó con fuerte presencia a nivel internacional permitiendo y alentando a la vez el crecimiento profesional y académico de sus tesistas.
¿Por qué se forma una estructura y no otra? ¿Es una estructura estable en el tiempo? ¿Se pueden conocer las magnitudes termodinámicas fundamentales con experimentos? ¿Juegan los defectos un rol significativo? ¿Afectará la radiación a las estructuras martensíticas? Esas fueron algunas de las preguntas que guiaron numerosas investigaciones. Y así podríamos seguir.
Recuerdo el primer desafío que me planteó en el pizarrón de su oficina: en las aleaciones base Cu que presentan transformaciones de fase martensíticas, se puede lograr la transformación mediante la aplicación de una fuerza mecánica que depende de la temperatura, en particular incrementando su valor a mayor temperatura del experimento y por otro lado la fuerza mecánica necesaria para deformar plásticamente a la austenita usualmente varía con la temperatura, pero disminuyendo su valor a mayor temperatura.
Para una dada temperatura ambos fenómenos ocurrirían simultáneamente y comprender esa interacción permitiría entender el comportamiento de los aceros donde ambos fenómenos tienen lugar simultáneamente. En esta pregunta se mezclaba por un lado la curiosidad científica como gran motor del conocimiento, pero también estaba presente que de dicho conocimiento se podía llegar a aplicaciones sofisticadas pues los aceros constituían en aquel momento y aún hoy la base de infinitos desarrollos tecnológicos y aplicaciones.
A cada tesista Manfred le planteaba un problema que por un lado era suficientemente amplio para dar lugar a la iniciativa y por otro apuntaba a la construcción de un edificio conceptual. A título de ejemplo Adela Abu Arab realizó su tesis doctoral sobre un fenómeno llamado estabilización de la martensita. Esta estabilización implicaba que bajo ciertas condiciones las temperaturas o cargas mecánicas requeridas para la transformación martensítica cambiaran con el tiempo.
¿Curiosidad pura? Puede ser pero al mismo tiempo, este fenómeno ponía en riesgo a toda posible aplicación tecnológica que esencialmente requiere que las propiedades de los materiales sean estables. Esta tesis sirve de ejemplo de una visión que tenía Manfred: los experimentos tenían que ser precisos y lograr una credibilidad fuera de todo cuestionamiento, los modelos para comprenderlos podrían llegar a variar con el tiempo.
A nivel internacional se discutió durante años el origen de la estabilización de la martensita. La propuesta de Abu Arab y Ahlers consolidada por posteriores trabajos en la División dejaron claro que la difusión en la martensita provocaba los cambios estructurales que explicaban a dicho fenómeno.
En la misma época y bajo la dirección de Manfred incursioné en un tema relativamente incipiente para la época: la fatiga asociada a las transformaciones de fases. De manera visible las aleaciones base Cu con las que trabajábamos recuperaban la forma al ser deformados. Eso generaba un impacto fuerte en cualquier observador acostumbrado a ver que un material deformado plásticamente no recupera su forma.
El estudio de la fatiga entendido como un problema científico resultaba apasionante pues la visible reversibilidad mecánica asociada al recuperar la forma, estaba acompañada en realidad por la formación de defectos que finalizaban en la fractura del material. Nuevamente la mirada de Manfred partiendo de un problema de investigación básica tenía connotaciones con implicancias en futuras aplicaciones donde la fatiga entendida como la repetición de un proceso debía ser entendida y controlada para diseñar dispositivos que utilicen materiales con efecto memoria de forma.
Sobre el legado material de Manfred al Centro Atómico
Manfred dirigió aproximadamente 15 tesis doctorales y resulta interesante ver cómo la temática de transiciones de fases, con la formación concomitante de defectos microestructurales condujo paulatinamente al crecimiento del laboratorio de la División.
Como ejemplo podemos mencionar que dado que la estabilidad relativa de las fases o estructuras involucradas están afectadas por tensiones mecánicas se hizo imprescindible prestar mucha atención a la medición precisa de este tipo de tensiones con las respuestas correspondientes de los materiales.
Esto fue un notable aliciente que contribuyó a que el Centro Atómico Bariloche cuente hoy con un laboratorio de propiedades mecánicas fuertemente equipado con máquinas de ensayos mecánicos electromecánicos, servohidráulicos, electrodinámicos, con cámaras de temperatura, métodos de medición de deformaciones de diverso tipo, incluyendo los que no requieren contacto, y en el que, en forma creciente, realizan sus tesis también los estudiantes de ingeniería del IB y se realiza apoyo a distintos proyectos de CNEA.
Otro aspecto descollante del impacto que tuvo Manfred en el desarrollo del grupo, es que las diversas tesis doctorales que se fueron llevando a cabo bajo su dirección requirieron creciente capacidad de estudio microestructural lo que contribuyó a convertir al laboratorio en un centro relevante a nivel nacional en el campo de la microscopía electrónica de alta resolución, liderado por Francisco Lovey, actualmente bajo la responsabilidad de Alfredo Tolley quien hiciera su tesis doctoral con Manfred.
Manfred tenía un notable conocimiento de lo que hoy suele llamarse Ciencia de los Materiales, y la vez una profunda generosidad a la hora de compartir dicho conocimiento, discutir los problemas científicos que aparecían continuamente, mostrando una notable capacidad para buscar que los modelos explicaran los experimentos e incentivando a pensar los experimentos que permitieran justificar adecuadamente las teorías propuestas. No había especulación en su forma de trabajar y de pensar, y transmitió en todo momento que los equipos tienen responsables pero no dueños.
Nos transmitió la importancia de compartir el conocimiento y la capacidad experimental adquirida que hoy podemos mostrar con orgullo a través de diversos ejemplos entre los cuales se pueden mencionar los cursos sistemáticos que la División lleva adelante para que estudiantes y profesionales de todo el país aprendan y utilicen los microscopios electrónicos de transmisión.
En 1998 llevamos adelante la Conferencia Internacional sobre Transformaciones Martensíticas, encuentro que tiene lugar cada 4 años desde hace varias décadas. Manfred presidió la conferencia. Compartir la tarea de revisar los trabajos recibidos con Manfred fue una enseñanza notable. Lo he visto trabajar horas interminables para dar recomendaciones a diversos autores para que sus trabajos fueran adecuados, hecho que a la vez describe también parcialmente su faceta docente. En todas sus actitudes había una enseñanza.
Hoy, la temática de trabajo en nuestro grupo se ha diversificado notablemente, pero se puede aseverar que Manfred ha dejado una notable impronta asociada al análisis, discusión, relación de la teoría con los experimentos, la curiosidad científica con la mirada en potenciales aplicaciones que ya se vislumbran en la División, la generosidad a la hora de compartir el conocimiento y las capacidades experimentales adquiridas, que constituyen ejemplos notables para las generaciones más jóvenes.
*Dr. En Física dirigido por Manfred Ahlers, egresado y docente del Instituto Balseiro
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109.The bcc to fcc Phase Transformation During Dezincification of Beta Cu-Zn. H.E. Troiani, J.L. Pelegrina and M. Ahlers. Philos.Mag.A, 78 (1998) 1253.
127 . Vacancies and Stabilisation in Martensitic Cu-Zn-Al Single Crystals. J.L. Pelegrina and M. Ahlers. Mater.Sci.Eng., A, 358 (2003) 310.
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El tema que intrigó a Manfred Ahlers gran parte de su vida fue el de las transformaciones martensíticas. Se trata de cambios de estructura en los materiales que se pueden lograr mediante cambios de temperatura, la aplicación de fuerzas mecánicas o a través de una combinación de ambos factores. Se llaman así porque una de sus etapas, la de menor temperatura, se llama “martensita” (y la de mayor temperatura se llama austenita).
Ese fenómeno ocurre en materiales con “memoria de forma”, que al ser deformados luego regresan a su forma inicial. Ahlers, con su grupo conformado por estudiantes y colegas, investigó, entre otros temas, la física que ocurre a escala atómica cuando los átomos se mueven coordinadamente durante el cambio de estructura, la estabilidad de las propiedades asociadas y los cambios que tienen lugar en el material cuando los procesos son repetitivos y llevan a la fatiga del material.
Asimismo, el físico lideró colaboraciones con otros prestigiosos referentes internacionales del campo de la ciencia de materiales, como Jan Van Humbeeck y Luc Delaey. Sus dos primeros trabajos en la División Metales sobre este campo fueron publicados en 1973, en coautoría con Ricardo Rapacioli y Walter Arneodo respectivamente.
El primero fue un estudio de la transformación martensítica en monocristales de Cobre-Zinc mediante microscopía electrónica de transmisión y el segundo fue sobre deformación plástica de esos monocristales.
En la actualidad, la División Física de Metales cuenta con laboratorios “muy bien equipados tanto en microscopía electrónica como en el área de propiedades mecánicas”. Sobre el tema de transformaciones martensíticas en monocristales de aleaciones base de cobre, se puede leer más en una nota previa en este link.
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* "Plasticidad a bajas temperaturas en Plomo monocristalino y la influencia de la transición normal-superconductor". (D. Esparza, 1977)
* "Influencia de la historia termomecánica sobre la transformación martensítica, en aleaciones con base CuZn". (R. Rapacioli, 1979)
* "Fricción interna en monocristales de Cu-Zn-Al y Cu-Zn en la fase beta (A.A.Ghilarducci, 1980)
* "Estabilidad de las estructuras de fase martensítica en aleaciones de Cu-Zn-Al". (G. Barceló, 1981)
* "Transformaciones de fase sin difusión en aleaciones de Zr-Nb y Zr-Nb-Al". (J.C. Bolcich, 1982)
* "Fatiga y transformación martensítica en monocristales de Cu-Zn-Al". (M. Sade, 1985)
* "Influencia de la tensión mecánica aplicada sobre transformación martensítica en Cu-Zn y Cu-Zn-Al". (R. Romero, 1988)
* "Estabilización de la martensita en Cu-Zn-Al". (A. Abu Arab, 1989)
* "Estabilidad de fases martensíticas en aleaciones de Cu-Zn-Al". (J.L. Pelegrina, 1990)
* "Efecto de la irradiación con neutrones y electrones sobre la transformación martensítica beta 18R en aleaciones de CuZnAl". (A. Tolley, 1991)
* "Influencia de la estructura cristalina en la estabilidad de fases martensíticas en aleaciones de Cu-Zn-Al". (F.A.Saule, 1994)
* “Deformación plástica de las fases martensíticas en Cu-Zn-Al”. (A.M. Cuniberti, 1995)
* "Dezincificación y transformaciones de fase en el sistema Cu-Zn". (H.E. Troiani, 1998)
* “El efecto doble memoria de forma inducido por estabilización de la martensita”. (E. Cingolani, 1999)
* Efectos de la difusión en cristales martensíticos de Cu-Zn-Al (P.Arneodo Larochette, 2003)
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En esta sección, compartimos algunas de las novedades del último mes, vinculadas con la vida académica y de las distintas áreas de actividades del Instituto Balseiro, en breves pastillas de información.
Fecha de publicación: Abril de 2022
Visita al Observatorio Pierre Auger
El director del Instituto Balseiro, Mariano Cantero visitó el Observatorio de rayos cósmicos de altísimas energías Pierre Auger en la provincia de Mendoza durante la semana del 4 de abril. En su paso por Malargüe, también visitó la regional de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y el Parque “El Mirador”, que se realizó a partir del “Proyecto de Restitución Ambiental de la Minería del Uranio” (PRAMU) de la ex mina “Huemul”.
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Está en marcha un proyecto de preservación del famoso manzano del Instituto Balseiro en el Centro Atómico Bariloche, que es un retoño del manzano que habría inspirado al padre de la ley de la gravitación universal, Isaac Newton. A partir de una reciente poda, se crearon cuatro nuevos retoños del árbol patagónico. Uno fue plantado hace pocos días en el parque del CONICET, en Buenos Aires.
Fecha de publicación: 12/04/2022
En esta historia de “clones”, uno de los protagonistas es el famoso manzano que vive en el parque principal del Instituto Balseiro. Siempre se lo llama “retoño” del manzano que inspiró a Isaac Newton, aunque los especialistas explican que en realidad es un clon que tiene el mismo ADN del manzano original en su tronco y copa; e integrado a otro árbol, que se usó para generar las raíces.
Ahora, un equipo de la Facultad de Ciencias Agrarias (FCA) de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO) está llevando a cabo un proyecto de preservación y reproducción del famoso árbol ya patagónico, plantado en 1980 en el Balseiro. Así, están estudiando su genética y buscan certificar su vínculo con el árbol original. El trabajo incluyó la selección de ramas para realizar nuevos retoños, y el primero ya fue entregado como obsequio institucional hace pocos días (Ver Recuadro).
Una propuesta de 2005
En septiembre de 2021, una comitiva de la FCA de la UNCUYO visitó el Balseiro, ubicado en el Centro Atómico Bariloche. El equipo de especialistas estuvo compuesto por la decana de la citada Facultad, María Flavia Filippini; el secretario de Investigación, Internacionales y Posgrados, Rodrigo López Plantey, y un profesor de la Cátedra de Fruticultura de la misma facultad, Miguel Ojer.
Durante esa visita, Filippini contó que la idea de generar un proyecto de preservación del manzano había surgido en 2005, a partir de la propuesta de un ex decano de la citada Facultad, Luis Marti. “Él siempre soñó con que la Facultad de Ciencias Agrarias intensificara los lazos con el Instituto Balseiro a través de poder generar plantas y recuperar el manejo del manzano en general”, dijo.
“Con la nueva gestión del Balseiro y la gestión actual de la Facultad de Ciencias Agrarias pensamos que era hora de armar un proyecto juntos. Es un manzano que tiene muchísima importancia para Argentina. Entiendo que hay tres en el país y significa nada menos que parte de nuestra historia en ciencia”, agregó Filippini, durante la citada visita.
Así fue como el director del Instituto Balseiro, Mariano Cantero, realizó las gestiones durante 2021 para proponer que se declarase a este manzano como “patrimonio histórico” por parte de las dos instituciones de las cuales depende el Instituto Balseiro: la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la UNCUYO. Esa declaración está en proceso de aprobación en la actualidad.
Sobre la poda
Durante el viaje de septiembre pasado, mientras realizaban el trabajo de poda, desde el Área de Comunicación Institucional y Prensa del Instituto Balseiro se realizaron entrevistas al equipo. Filippini, decana de la FCA de la UNCUYO explicó que durante la poda de mantenimiento se extrajo material para hacer nuevas plantas. Y agradeció a la Secretaría de Vinculación y Extensión de la UNCUYO, a la CNEA y al Instituto Balseiro (CNEA-UNCUYO) por apoyar este proyecto.
Filippini también contó que se estudiaría la genética del manzano que vive en el Balseiro para corroborar su identidad y compararlo con los ejemplares que hay en Inglaterra, provenientes también del mítico manzano.
Por su parte, el profesor de la cátedra de Fruticultura de la FCA, Miguel Ojer, explicó que la poda tuvo como objetivo clave rejuvenecer la planta. “Había estado varios años sin podar y la propia carga de manzanas estaba haciendo un arqueado en la parte superior; además, a medida que la planta va dando fruta se va envejeciendo”.
Ojer contó que, además de mejorar su preservación, a través de la poda también se pudo recuperar el material genético del árbol con el objetivo de realizar dos tipos de propagación: por meristemos, in vitro; y por la injertación sobre pies. Este último método involucró la extracción de una rama más joven, y que en Mendoza fue utilizada en secciones para ser injertadas sobre pies, denominados “MM111”. ¿El resultado? Plantas idénticas genéticamente al material original.
Clones de un clon
La palabra “clon” lleva a recordar películas de la saga de la Guerra de las Galaxias, la novela brasileña “El Clon” o incluso a personajes como Groot de Guardianes de la Galaxia, entre muchas otras referencias de la ciencia ficción. Pero en esta oportunidad se trata de un caso real y concreto de un tipo de clonación de plantas, y con mucha historia de fondo.
Rodrigo López Plantey, secretario de Investigación, Internacionales y Posgrados de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCUYO, explicó que aunque el manzano del Balseiro se conoce como “retoño” del manzano de Newton es en realidad un clon.“Si bien se lo conoce como un retoño, en realidad el manzano que está en el Balseiro no es un hijo del manzano de la familia de Newton porque no hay un cruzamiento entre padre y madre sino que es un clon”, afirmó López Plantey, que es ingeniero agrónomo y docente.
“Es exactamente el mismo árbol; o sea que también viene de un clon del árbol que estaba en la casa de la madre de Newton ya por 1665. En 1980 se envió de Inglaterra a Argentina un esqueje y acá en Argentina ese esqueje se injertó sobre un pie”, explicó López Plantey. “La parte de arriba es el clon del árbol de Isaac Newton y la parte de abajo es una raíz o un sistema radicular de otra especie que está mucho más adaptada a nuestra zona, a nuestro tipo de suelo y que le va a permitir llegar el vigor a la planta a poder rebrotar y formar un árbol”, agregó el ingeniero.
“El material que extrajimos el año pasado estaba muy envejecido por lo cual logramos satisfactoriamente reproducir cuatro ejemplares, de los cuales uno es el que se entregó al CONICET en Buenos Aires. Todos se realizaron mediante injerto tipo inglés simple lengüeta sobre pie MM111 que es un pie vigorizante, para que el árbol pueda crecer con fuerza”, detalló López Plantey.
López Plantey resaltó asimismo la colaboración entre las dos instituciones educativas y de investigación universitarias: Instituto Balseiro (CNEA-UNCUYO) y la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCUYO. “Se trata de un trabajo conjunto con un fin para las generaciones venideras y con el fuerte interés de salvaguardar el patrimonio cultural y científico que representa el árbol en sí”, dijo.
El “manzano de Newton” del Instituto Balseiro no es único. En Argentina existen otros dos manzanos “clones” del mismo árbol: uno vive en el Laboratorio TANDAR de la CNEA y otro en la Sede Central de la CNEA en Buenos Aires. Y en el mundo, hay especímenes repartidos en varios países, además de Inglaterra, en los Estados Unidos, Canadá y Nueva Zelanda. A partir de los nuevos retoños, habrá más oportunidades de inspirar desde la naturaleza a las nuevas generaciones de profesionales de la ciencia y la tecnología.
Por Laura García Oviedo / Área de Comunicación y Prensa del Instituto Balseiro*
RECUADRO
En CONICET
El primero de los retoños ya fue entregado y fue plantado en un acto realizado por el Día del Investigador Científico y de la Investigadora Científica en el Parque de las Ciencias, en Buenos Aires. Fue gracias a las gestiones realizadas por las autoridades de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO) y del Instituto Balseiro, dependiente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la UNCUYO. Participaron autoridades del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), la CNEA, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación y el Centro Cultural de la Ciencia (C3), además de público invitado. El profesor del Instituto Balseiro, Guillermo Abramson, dio una charla titulada “El Manzano de Newton. La inspiración científica a través del tiempo”. Parte de lo que contó sobre la historia del árbol y sus retoños se puede leer en esta nota.
*Importante para medios de comunicación o canales de comunicación institucionales: Pueden reproducir esta nota en forma total o parcial, por favor, mencionando la fuente y la firma.
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Por Laura García Oviedo
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